La última alumna en llegar fue Cynthia, quien llegó algo
avergonzada al salón, casi nunca solía llegar tarde esa vez se lo permitió solo
porque se dio un tiempo para platicar un poco más con Paul. Al llegar al aula
para su fortuna el profesor no había notado todavía su presencia, pero al
barrer la misma con los ojos se pudo dar cuenta perfectamente de que todos los
malditos pupitres ya estaban llenos, solo faltaba uno: justamente el de John.
Bueno nada le quitaría el compartir asiento con John; a
fin de cuentas solo sería una clase, las demás procurarían llegar un poco más
temprano y listo. Se liberaba de esa calamidad.
-¿Por qué tan tarde señorita Powell?-Preguntó John
simulando la voz del profesor Churchill .
Si ello a él le causaba risa, a Cynthia no, ella volteó a
verlo un poco enojada, esas eran sus cosas solo le importaban a ella y a nadie
más.
-Que te importa.-Responde Cynthia a modo tajante, eso
hace enfurecer a John.
Este sin que ella se lo sospeche comienza a tirar de su
brazo con fuerza, tanta que Cynthia es incapaz de reprimir un gritito de dolor
que apenas alcanzan a escucharlo los dos que estaban; después fijó sus orbes
verdes en John cargadas de odio.
Odio que a Lennon poco le importó, el también lo sentía
en ese momento, y solo a base de dolor físico pudo hacérselo saber.
-¡Señor Lennon!-El profesor Churchill le obligó a
soltarla, ella solamente se conformó con sobarse la mano mientras John no
despegaba sus ojos del veterano que estaba en la otra esquina del aula.-¿Puede
decirme que es lo último que he leído a cerca de la historia del oleo? También
le incluyo a usted señorita Powell
Tanto John como Cynthia se quedaron callados no
escucharon ni una sola palabra a cerca de esa lectura. Sin embargo el profesor
seguía en su mismo sitio, esperando con paciencia a que uno de los dos se
atreviese a contestar, siguieron pasando los minutos hasta completar los diez y
el aula seguía en silencio.
-Bien. Me temo que he de mandarlos a direccion, ambos
están en detención hasta nuevo aviso, hagan el favor de abandonar el aula.
Si para John fue alivio el que el viejo Churchill los
echara del aula, para Cynthia fue una vergüenza, nunca en lo que llevaba
estudiando en el Colegio de Arte le sucedió algo parecido a eso, ¡Todo por
culpa de ese Lennon! La correa de su maleta bajó de golpe a la parte afectada
por el agarre de John le hizo volver a gemir, estúpido Lennon.
®®®®
Llegaron a la dirección y la recepcionista les ordenó que
esperaran; dentro escuchó a John llamara a la recepcionista ‘’Becky’’. La tonta
solo el guiñó el ojo, era de su edad; seguramente otra tonta más que John se
habría echado al plato.
John no se quedó conforme, lo de la clase de boceto le
pareció poco, y bueno quiso empezar a volver a molestarla, algo había en
Cynthia que le hacía parecer bonita cuando se enojaba.
-¿Incomoda señorita Powell?-John se dejó caer en uno de
los asientos que se encontraban enfrente.-Seguro que esta es su primera visita
a la dirección ¿a que si?
Cynthia por su parte, ya no quería seguir cayendo en el
juego de semejante estúpido; era preferible hacer como si nadie estuviese
hablando, era lo mejor que podía hacer, claro si es que no quería valerse de
otra detención solo por permitirse caer en los juegos infantiles de John
Lennon.
Las cosas que caracterizaban a John eran precisamente la
perseverancia, era demasiado perseverante estaba dispuesto a esperar, esperar y
esperar cuantas veces fuese necesario, dejó probar esa teoría con Marie, hasta
que la hizo caer, sabía a ciencia cierta que Powell sería difícil pero nada en
esta vida era imposible.
Una sonrisa se pintó en los delgados y rosados labios de
John; esa tonta ahora estaba siendo malcriada todo gracias a los mimos de Paul, pero en cuanto le llegara su momento
de estar con él, estaba cien por ciento
seguro que sería otra cosa.
De momento ya no la molestaría, no le convenía que ella
volviera a enojarse y entonces…. Se armara la de dios es Cristo, dejaría las
cosas por la paz, trataría de cambiar el tema y charlar hasta de lo lindo que
estaba el día el caso era hacerla abrir esa maldita bocaza.
-Hace un lindo día afuera.-John hojeaba un libro con poco
interés al momento de hacer la pregunta.-
Cynthia dejó de mala gana el libro que leía, cerrándolo
de golpe y guardándolo en su maletín.
-¿Por lo visto tú nunca te cansas de ser molesto
verdad?-John se encogió de hombros sonriendo de manera cínica.-¡Eres
insoportable idiota!
Cynthia estaba más que pinta para darle su merecida
bofetada, John aprovechando que Becky desde hacía rato no estaba, aprovecho
para tomarle los brazos y estamparla en la pared, estaba cansándose de esa
tonta con aires de grandeza porque no empezar a amansarla de una vez.
-¡Suéltame!-Cynthia movía fuertemente los brazos para
tratar de escapar de John, era imposible, no podía.-¡Que me dejes!
John con el brazo derecho logró coger la cabellera rubia
de Cynthia intentando acercar su cabeza a su cara, bueno no era mal momento
para darle a Cyn ‘’su regalo de cumpleaños’’ aunque atrasado claro estaba, pero
en fin lo que contaba era la intención.
Estuvo a nada de besarla de no haberse topado con sus
ojos, eran hermosamente azules, pero tenían un azul raro, casi, casi como el
color del agua aun así, no dejaban de parecerle hermosos aunque de ellos solo
saliera furia hacia a él. Se quedó quieto y ella también dejó de forcejear,
algo extraño pasaba entre esos dos, nadie dijo nada, no se escuchó ni el
zumbido de una mosca, todo estaba perfectamente en silencio, John seguía
concentrado en los ojos de Cynthia estaba seguro que chicas con ojos azules las
tuvo por montones, pero no con ese color tan extraño y raramente peculiar.
El pequeño momento de hipnotización desapareció pronto
con la llegada del profesor Churchill junto con el director, ambos al entrar
vieron como John miraba a Cynthia, no de forma lasciva era más bien como si el
señor Lennon tuviese entre sus manos algún objeto preciado y sus ojos no se
desapartasen de ello, de pronto el director Cohen recordó que los de la
facultad de arte dramático tenían una obra de Shakespeare encima; para ser
preciso Romeo y Julieta, estaban teniendo problemas con el casting; quizás
consideró que John Lennon y Cynthia Powell serian los protagonistas perfectos,
claro si es que no querían perder la semana de exámenes, bien podía hacerles el
favor de calificarles a ambos con esa obra.
-Creo que basta de miradas por el momento señor
Lennon.-John se despabiló dejando a Powell totalmente en libertad.-Necesito
hablar con ustedes, espero que quieran cooperar o de lo contrario reprobaran
todas sus materias para esta unidad.
Cynthia puso cara de horror ¡reprobar todas las materias!
Era injusto, todo culpa de John Lennon. Si para Cynthia era algo horrible, para
John era como si le hubiesen dicho que tenía una mosca en la nariz, poco le
importaban la escuela y el tener una carrera, a él le gustaba la música, se
dedicaría a hacerla ano a trabajar para alguien más; no estaba en su naturaleza
el recibir órdenes de otro idiota peor que él.
Sin embargo comprendió que tenía que escuchar, Mimi no
dejaba de atosigarlo con que sacara calificaciones decentes.
-Bien, como sabrán los de Arte Dramático están trabajando
en Romeo y Julieta…
-¿Y a mí que mierdas me importa?
Cynthia volteó a verlo espantada ¡que horrible John no
conocía de modales! Ese tipo merecía vivir en tiempos de las cavernas.
-Cállese señor Lennon.-Acotó Cohen con firmeza, John solo
se siguió burlando, al director ya no le importó.-Como les decía, están
trabajando en una obra de teatro, para ser exacto Romeo y Julieta.
-¿Pero nosotros que tenemos que ver señor?-Cuestionó
Cynthia tratando de ser educada.
El señor Cohen sonrió, esa era la cuestión de primera
estaba seguro que ambos pondrían el grito en el cielo, bien sabía que no se
llevaban pero era actuar juntos como protagonistas; o repetir el año en ellos
estaba decidir.
-La cuestión es la siguiente señorita Powell, están
teniendo ciertas dificultades para conseguir a los protagonistas, están listos
todos los personajes, desde Capuletos hasta Montescos; faltan sin embargo las
velitas del pastel o sea Romeo y Julieta.
Cynthia tragó saliva pesadamente, estaba empezando a
comprender el mensaje subliminal que le mandaba el señor Cohen; el problema es
que ella no estaba dispuesta hacer un protagónico con Lennon.
-Iré al grano de una vez chicos, necesito que ustedes
protagonicen esa obra, o de lo contrario reprueban el semestre.
Cynthia y John abrieron la boca totalmente sorprendidos,
esa amenaza los dejó sin defensa ni que decir, estaban como quien decía
prácticamente obligados a actuar juntos y lo que era peor para Cynthia, tendría
que fingir en un maldito escenario que estaba enamorada de él.
-¿Entonces?-El señor Cohen prosiguió.-¿Qué me dicen señor
Lennon? Están dispuestos a cooperar, o les aviso a sus profesores para que
automáticamente les reprueben.
-¡No!-Cohen se regocijó al escuchar a Cynthia tan
exaltada.-Al menos yo si estoy dispuesta a cooperar.
-Me parece formidable señorita Powell ¿Y usted señor
Lennon?
-si no queda de otra.-Argumentó John sin mucho interés, a
decir verdad poco le importaba si reprobaba o no, la maldita escuela era para él
un asco.
-Bien, acudirán mañana con la señora Onei San, ella es la
principal organizadora del evento y les dirá que hacer. Nos vemos luego, pueden
retirarse.
Cynthia fue la primera en salir, con esa noticia no le
quedaron ganas de seguir en el colegio por lo que consideró prudente volver a
casa y no regresar hasta la tarde, a fin de cuentas, tenia clases en horario
mixto; quizás ya para esas horas podría considerarse en mejor estado que en
esos momentos.
John por su parte prefirió ir al Cavern, ahora si estaba
metido en un problema de los grandes, no sabía ni como coño se actuaba, había
visto algunas películas de talla romántica pero nunca como Romeo y Julieta,
estaba seguro que en cuanto se lo dijese a los demás estallarían de la risa; en
especial al cabron de Peter Shotton a quien no veía desde hace dias y tenia
especiales ganas de platicar con él. Antes tenía que ir al Caverna, en su
camino se topó con Stuart, lo consideró bueno ya que no queria irse solo.
-¿Y ahora tu que tienes?
John se quedó callado, apuró a terminar el cigarro que
llevaba en la boca, solo que hasta eso le fastidió, mejor prefirió quitárselo y
lanzarlo por el puente.
-Problemas.-Dijo a modo seco,
Stuart no pensaba quedarse callado, por lo que quiso
seguir insistiendo.
-Con cierta señorita de lindos ojos azules.-Stuart
parpadeó los ojos de manera femenina, hecho que hizo reír a John.-¿Y que con
ella esta vez?
John se sentía avergonzado, no queria decirle que saldría
de ‘’Romeo’’ en la obra de teatro escolar, sin embargo si no lo decía seria
como tragarse toda la rabia que sentía en esos momentos.
-¿Algunas vez has actuado Stu?
-Para nada.-Stuart arrugó el entrecejo-¿Por qué?
-¿Quién creees que personificara a Romeo en la obra que
están haciendo los cabrones de arte dramático?
Stuart se encogió de hombros, no entendía a John hasta
que…la risa no se hizo esperar, no podría aguantar hasta ese día, necesitaba
cuando menos ver a Lennon ensayando, haciéndola de caballero galante enmarado
de su bella dama. Solo que habría que preguntar ¿Quién era la bella dama?
-Supongo entonces que Julieta será…
-Supones bien Sutcliffe.-Acotó Lennon de mal humor-Es lo
más ridículo que he hecho diré palabras de amor enfrente de todos, maldita
escuela.
Stuart mientras John renegaba de su suerte se puso a
maquinar, esa obra era la excusa perfecta para ganarle a Paul, solo que John
cuando se enojaba se le cerraba el cerebro y se volvía un cabezota de lo peor,
lo que le originaba el no pensar, si Cynthia seria Julieta entonces lo único
que John tenía que hacer era hacer las cosas más naturales de lo que aprecian,
es decir no actuarlas sino sentirlas y expresarlas para ver si así Cynthia
caía. Era cosa fácil lamentablemente, Lennon hacia todo difícil.
-¡Pedazo no ves que es tu oportunidad para que se la
quites a Paul!
Stuart zarandeó a
John desesperado, John le dedicó un par de miradas extrañas era ilógico se
supone que el interesado debería ser él; no Stuart. Quien al parecer era el más
interesado en que le quitase la novia a Paul; aunque también debía admitir que
aunque no lo admitiese ni uno ni otro entre Paul y Stuart había una pequeña
rivalidad, y Stuart veía en John su motivo de venganza, pero obviamente John no
iba a dejarse manipular por Sutcliffe él nada tenía que ver con los problemas
que se cargaba con Paul.
-Una cosa si te voy a decir Stu.-John se puso serio,
también consideraba amigo a Paul y no iba a darle la puñalada por detrás,
quería jugar limpio como estaba seguro, jugaba Paul.-Pienso hacer las cosas a
mi manera; así que te pediré que no me presiones, quiero a Powell para mí, pero
yo sabré cuando empezar.
-¿Cuándo Paul ya te la haya ganado?-Stuart arqueó una
ceja al tiempo que se recargaba en el muro de las escaleras.
-Será cuando yo lo decida, Stu, he dicho.-A John el tema
estaba poniéndole nervioso, mejor prefirió cambiarlo.-¿No te apetece ir al
Caverna? Quisiera ensayar un poco par ale show de esta noche.
Stuart se encogió de hombros, por el momento sus clases
estaban terminadas, no tenía nada mejor que hacer.
-Bueno, te acepto la invitación.
®®®®
Cynthia llegó a casa completamente derrotada, se bajó del
taxi pagando las veinticinco libras, a continuación tocó el timbre, el
jardinero fue quien abrió la puerta haciéndose a un lado para dejarla pasar.
-¿Regresa tan rápido señorita?
Cynthia sonrió.
-Sí, digamos que hoy no fue mi día Giuseppe. Volveré para
la tarde.
-La señorita debería tomar uno de los coches, ya sabe que
a su madre no le gusta que viaje en taxis.
Cynthia rodó los ojos, ya tenía diecisiete años, todavía
no entendía porque es que su madre le sobreprotegía tanto, además ya tenía al
edad de cuidarse sola.
-¿Esta ella en casa?
-No señorita, ha salido a hacer unas compras, con eso de
que su hermano llega hoy de Londres, tiene a todo mundo bastante ocupado con lo
de la fiesta que piensa dar.
-Gracias por el dato Giuseppe, iré adentro a ver en que
puedo ayudar.
Cynthia se despidió de Giuseppe; caminando directamente
hacia la casa, al entrar se topo con todo un movimiento de gente, flores por
aquí y por allá del techo colgaban adornos, músicos ensayando, incluso el
tocadiscos que le trajo su hermano estaba siendo ocupado, las sirvientas se
apresuraban con la limpieza de la casa… ¡uf! Todo un mar de manos trabajando
duro para la fiesta de en la noche, se dio un paso por las cocinas, bueno ni
hablar los de la sala no estaban tan estresados, su madre se dio a la tarea de
contratar a un chef americano que daba órdenes en alemán a sus alumnos, los
cuales picaban, batían, freían, horneaban un sinfín de platillos, a Cynthia ver
todo eso le despertó el apetito, por lo que se dispuso entrar a la que era su
cocina por un par de manzanas las cuales echó en su bolso para subir a su
habitación, solo que no se sospechaba que al llegar estaría ahí dentro un par
de estilistas, quienes no esperaron a que terminara de entrar para cogerla de
los brazos metiéndola dentro.
-Pero…-Cynthia intentaba por todos los medios salvarse de
eso, su madre estaba gastando horrores, ella pensó que sería una fiesta
sencilla; mas lo que veían sus ojos le dejaban ver otra cosa.
-Su madre quiere que quede preciosa para la
noche.-Cynthia miró de reojo a una mujer algo mayor que se acercaba a ella con
un portafolios y una secadora en mano.-Y como mi trabajo es hermosear, eso haré
justamente, así que linda ponte cómoda, lee esta revista y ¡manos a la obra!
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