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miércoles, 2 de octubre de 2013

Romeo y Julieta

La última alumna en llegar fue Cynthia, quien llegó algo avergonzada al salón, casi nunca solía llegar tarde esa vez se lo permitió solo porque se dio un tiempo para platicar un poco más con Paul. Al llegar al aula para su fortuna el profesor no había notado todavía su presencia, pero al barrer la misma con los ojos se pudo dar cuenta perfectamente de que todos los malditos pupitres ya estaban llenos, solo faltaba uno: justamente el de John.
Bueno nada le quitaría el compartir asiento con John; a fin de cuentas solo sería una clase, las demás procurarían llegar un poco más temprano y listo. Se liberaba de esa calamidad.
-¿Por qué tan tarde señorita Powell?-Preguntó John simulando la voz del profesor Churchill .
Si ello a él le causaba risa, a Cynthia no, ella volteó a verlo un poco enojada, esas eran sus cosas solo le importaban a ella y a nadie más.
-Que te importa.-Responde Cynthia a modo tajante, eso hace enfurecer a John.
Este sin que ella se lo sospeche comienza a tirar de su brazo con fuerza, tanta que Cynthia es incapaz de reprimir un gritito de dolor que apenas alcanzan a escucharlo los dos que estaban; después fijó sus orbes verdes en John cargadas de odio.
Odio que a Lennon poco le importó, el también lo sentía en ese momento, y solo a base de dolor físico pudo hacérselo saber.
-¡Señor Lennon!-El profesor Churchill le obligó a soltarla, ella solamente se conformó con sobarse la mano mientras John no despegaba sus ojos del veterano que estaba en la otra esquina del aula.-¿Puede decirme que es lo último que he leído a cerca de la historia del oleo? También le incluyo a usted señorita Powell
Tanto John como Cynthia se quedaron callados no escucharon ni una sola palabra a cerca de esa lectura. Sin embargo el profesor seguía en su mismo sitio, esperando con paciencia a que uno de los dos se atreviese a contestar, siguieron pasando los minutos hasta completar los diez y el aula seguía en silencio.
-Bien. Me temo que he de mandarlos a direccion, ambos están en detención hasta nuevo aviso, hagan el favor de abandonar el aula.
Si para John fue alivio el que el viejo Churchill los echara del aula, para Cynthia fue una vergüenza, nunca en lo que llevaba estudiando en el Colegio de Arte le sucedió algo parecido a eso, ¡Todo por culpa de ese Lennon! La correa de su maleta bajó de golpe a la parte afectada por el agarre de John le hizo volver a gemir, estúpido Lennon.
®®®®
Llegaron a la dirección y la recepcionista les ordenó que esperaran; dentro escuchó a John llamara a la recepcionista ‘’Becky’’. La tonta solo el guiñó el ojo, era de su edad; seguramente otra tonta más que John se habría echado al plato.
John no se quedó conforme, lo de la clase de boceto le pareció poco, y bueno quiso empezar a volver a molestarla, algo había en Cynthia que le hacía parecer bonita cuando se enojaba.
-¿Incomoda señorita Powell?-John se dejó caer en uno de los asientos que se encontraban enfrente.-Seguro que esta es su primera visita a la dirección ¿a que si?
Cynthia por su parte, ya no quería seguir cayendo en el juego de semejante estúpido; era preferible hacer como si nadie estuviese hablando, era lo mejor que podía hacer, claro si es que no quería valerse de otra detención solo por permitirse caer en los juegos infantiles de John Lennon.
Las cosas que caracterizaban a John eran precisamente la perseverancia, era demasiado perseverante estaba dispuesto a esperar, esperar y esperar cuantas veces fuese necesario, dejó probar esa teoría con Marie, hasta que la hizo caer, sabía a ciencia cierta que Powell sería difícil pero nada en esta vida era imposible.
Una sonrisa se pintó en los delgados y rosados labios de John; esa tonta ahora estaba siendo malcriada todo gracias a los mimos de  Paul, pero en cuanto le llegara su momento de  estar con él, estaba cien por ciento seguro que sería otra cosa.
De momento ya no la molestaría, no le convenía que ella volviera a enojarse y entonces…. Se armara la de dios es Cristo, dejaría las cosas por la paz, trataría de cambiar el tema y charlar hasta de lo lindo que estaba el día el caso era hacerla abrir esa maldita bocaza.
-Hace un lindo día afuera.-John hojeaba un libro con poco interés al momento de hacer la pregunta.-
Cynthia dejó de mala gana el libro que leía, cerrándolo de golpe y guardándolo en su maletín.
-¿Por lo visto tú nunca te cansas de ser molesto verdad?-John se encogió de hombros sonriendo de manera cínica.-¡Eres insoportable idiota!
Cynthia estaba más que pinta para darle su merecida bofetada, John aprovechando que Becky desde hacía rato no estaba, aprovecho para tomarle los brazos y estamparla en la pared, estaba cansándose de esa tonta con aires de grandeza porque no empezar a amansarla de una vez.
-¡Suéltame!-Cynthia movía fuertemente los brazos para tratar de escapar de John, era imposible, no podía.-¡Que me dejes!
John con el brazo derecho logró coger la cabellera rubia de Cynthia intentando acercar su cabeza a su cara, bueno no era mal momento para darle a Cyn ‘’su regalo de cumpleaños’’ aunque atrasado claro estaba, pero en fin lo que contaba era la intención.
Estuvo a nada de besarla de no haberse topado con sus ojos, eran hermosamente azules, pero tenían un azul raro, casi, casi como el color del agua aun así, no dejaban de parecerle hermosos aunque de ellos solo saliera furia hacia a él. Se quedó quieto y ella también dejó de forcejear, algo extraño pasaba entre esos dos, nadie dijo nada, no se escuchó ni el zumbido de una mosca, todo estaba perfectamente en silencio, John seguía concentrado en los ojos de Cynthia estaba seguro que chicas con ojos azules las tuvo por montones, pero no con ese color tan extraño y raramente peculiar.
El pequeño momento de hipnotización desapareció pronto con la llegada del profesor Churchill junto con el director, ambos al entrar vieron como John miraba a Cynthia, no de forma lasciva era más bien como si el señor Lennon tuviese entre sus manos algún objeto preciado y sus ojos no se desapartasen de ello, de pronto el director Cohen recordó que los de la facultad de arte dramático tenían una obra de Shakespeare encima; para ser preciso Romeo y Julieta, estaban teniendo problemas con el casting; quizás consideró que John Lennon y Cynthia Powell serian los protagonistas perfectos, claro si es que no querían perder la semana de exámenes, bien podía hacerles el favor de calificarles a ambos con esa obra.
-Creo que basta de miradas por el momento señor Lennon.-John se despabiló dejando a Powell totalmente en libertad.-Necesito hablar con ustedes, espero que quieran cooperar o de lo contrario reprobaran todas sus materias para esta unidad.
Cynthia puso cara de horror ¡reprobar todas las materias! Era injusto, todo culpa de John Lennon. Si para Cynthia era algo horrible, para John era como si le hubiesen dicho que tenía una mosca en la nariz, poco le importaban la escuela y el tener una carrera, a él le gustaba la música, se dedicaría a hacerla ano a trabajar para alguien más; no estaba en su naturaleza el recibir órdenes de otro idiota peor que él.
Sin embargo comprendió que tenía que escuchar, Mimi no dejaba de atosigarlo con que sacara calificaciones decentes.
-Bien, como sabrán los de Arte Dramático están trabajando en Romeo y Julieta…
-¿Y a mí que mierdas me importa?
Cynthia volteó a verlo espantada ¡que horrible John no conocía de modales! Ese tipo merecía vivir en tiempos de las cavernas.
-Cállese señor Lennon.-Acotó Cohen con firmeza, John solo se siguió burlando, al director ya no le importó.-Como les decía, están trabajando en una obra de teatro, para ser exacto Romeo y Julieta.
-¿Pero nosotros que tenemos que ver señor?-Cuestionó Cynthia tratando de ser educada.
El señor Cohen sonrió, esa era la cuestión de primera estaba seguro que ambos pondrían el grito en el cielo, bien sabía que no se llevaban pero era actuar juntos como protagonistas; o repetir el año en ellos estaba decidir.
-La cuestión es la siguiente señorita Powell, están teniendo ciertas dificultades para conseguir a los protagonistas, están listos todos los personajes, desde Capuletos hasta Montescos; faltan sin embargo las velitas del pastel o sea Romeo y Julieta.
Cynthia tragó saliva pesadamente, estaba empezando a comprender el mensaje subliminal que le mandaba el señor Cohen; el problema es que ella no estaba dispuesta hacer un protagónico con Lennon.
-Iré al grano de una vez chicos, necesito que ustedes protagonicen esa obra, o de lo contrario reprueban el semestre.
Cynthia y John abrieron la boca totalmente sorprendidos, esa amenaza los dejó sin defensa ni que decir, estaban como quien decía prácticamente obligados a actuar juntos y lo que era peor para Cynthia, tendría que fingir en un maldito escenario que estaba enamorada de él.
-¿Entonces?-El señor Cohen prosiguió.-¿Qué me dicen señor Lennon? Están dispuestos a cooperar, o les aviso a sus profesores para que automáticamente les reprueben.
-¡No!-Cohen se regocijó al escuchar a Cynthia tan exaltada.-Al menos yo si estoy dispuesta a cooperar.
-Me parece formidable señorita Powell ¿Y usted señor Lennon?
-si no queda de otra.-Argumentó John sin mucho interés, a decir verdad poco le importaba si reprobaba o no, la maldita escuela era para él un asco.
-Bien, acudirán mañana con la señora Onei San, ella es la principal organizadora del evento y les dirá que hacer. Nos vemos luego, pueden retirarse.
Cynthia fue la primera en salir, con esa noticia no le quedaron ganas de seguir en el colegio por lo que consideró prudente volver a casa y no regresar hasta la tarde, a fin de cuentas, tenia clases en horario mixto; quizás ya para esas horas podría considerarse en mejor estado que en esos momentos.
John por su parte prefirió ir al Cavern, ahora si estaba metido en un problema de los grandes, no sabía ni como coño se actuaba, había visto algunas películas de talla romántica pero nunca como Romeo y Julieta, estaba seguro que en cuanto se lo dijese a los demás estallarían de la risa; en especial al cabron de Peter Shotton a quien no veía desde hace dias y tenia especiales ganas de platicar con él. Antes tenía que ir al Caverna, en su camino se topó con Stuart, lo consideró bueno ya que no queria irse solo.
-¿Y ahora tu que tienes?
John se quedó callado, apuró a terminar el cigarro que llevaba en la boca, solo que hasta eso le fastidió, mejor prefirió quitárselo y lanzarlo por el puente.
-Problemas.-Dijo a modo seco,
Stuart no pensaba quedarse callado, por lo que quiso seguir insistiendo.
-Con cierta señorita de lindos ojos azules.-Stuart parpadeó los ojos de manera femenina, hecho que hizo reír a John.-¿Y que con ella esta vez?
John se sentía avergonzado, no queria decirle que saldría de ‘’Romeo’’ en la obra de teatro escolar, sin embargo si no lo decía seria como tragarse toda la rabia que sentía en esos momentos.
-¿Algunas vez has actuado Stu?
-Para nada.-Stuart arrugó el entrecejo-¿Por qué?
-¿Quién creees que personificara a Romeo en la obra que están haciendo los cabrones de arte dramático?
Stuart se encogió de hombros, no entendía a John hasta que…la risa no se hizo esperar, no podría aguantar hasta ese día, necesitaba cuando menos ver a Lennon ensayando, haciéndola de caballero galante enmarado de su bella dama. Solo que habría que preguntar ¿Quién era la bella dama?
-Supongo entonces que Julieta será…
-Supones bien Sutcliffe.-Acotó Lennon de mal humor-Es lo más ridículo que he hecho diré palabras de amor enfrente de todos, maldita escuela.
Stuart mientras John renegaba de su suerte se puso a maquinar, esa obra era la excusa perfecta para ganarle a Paul, solo que John cuando se enojaba se le cerraba el cerebro y se volvía un cabezota de lo peor, lo que le originaba el no pensar, si Cynthia seria Julieta entonces lo único que John tenía que hacer era hacer las cosas más naturales de lo que aprecian, es decir no actuarlas sino sentirlas y expresarlas para ver si así Cynthia caía. Era cosa fácil lamentablemente, Lennon hacia todo difícil.
-¡Pedazo no ves que es tu oportunidad para que se la quites a Paul!
 Stuart zarandeó a John desesperado, John le dedicó un par de miradas extrañas era ilógico se supone que el interesado debería ser él; no Stuart. Quien al parecer era el más interesado en que le quitase la novia a Paul; aunque también debía admitir que aunque no lo admitiese ni uno ni otro entre Paul y Stuart había una pequeña rivalidad, y Stuart veía en John su motivo de venganza, pero obviamente John no iba a dejarse manipular por Sutcliffe él nada tenía que ver con los problemas que se cargaba con Paul.
-Una cosa si te voy a decir Stu.-John se puso serio, también consideraba amigo a Paul y no iba a darle la puñalada por detrás, quería jugar limpio como estaba seguro, jugaba Paul.-Pienso hacer las cosas a mi manera; así que te pediré que no me presiones, quiero a Powell para mí, pero yo sabré cuando empezar.
-¿Cuándo Paul ya te la haya ganado?-Stuart arqueó una ceja al tiempo que se recargaba en el muro de las escaleras.
-Será cuando yo lo decida, Stu, he dicho.-A John el tema estaba poniéndole nervioso, mejor prefirió cambiarlo.-¿No te apetece ir al Caverna? Quisiera ensayar un poco par ale show de esta noche.
Stuart se encogió de hombros, por el momento sus clases estaban terminadas, no tenía nada mejor que hacer.
-Bueno, te acepto la invitación.
®®®®
Cynthia llegó a casa completamente derrotada, se bajó del taxi pagando las veinticinco libras, a continuación tocó el timbre, el jardinero fue quien abrió la puerta haciéndose a un lado para dejarla pasar.
-¿Regresa tan rápido señorita?
Cynthia sonrió.
-Sí, digamos que hoy no fue mi día Giuseppe. Volveré para la tarde.
-La señorita debería tomar uno de los coches, ya sabe que a su madre no le gusta que viaje en taxis.
Cynthia rodó los ojos, ya tenía diecisiete años, todavía no entendía porque es que su madre le sobreprotegía tanto, además ya tenía al edad de cuidarse sola.
-¿Esta ella en casa?
-No señorita, ha salido a hacer unas compras, con eso de que su hermano llega hoy de Londres, tiene a todo mundo bastante ocupado con lo de la fiesta que piensa dar.
-Gracias por el dato Giuseppe, iré adentro a ver en que puedo ayudar.
Cynthia se despidió de Giuseppe; caminando directamente hacia la casa, al entrar se topo con todo un movimiento de gente, flores por aquí y por allá del techo colgaban adornos, músicos ensayando, incluso el tocadiscos que le trajo su hermano estaba siendo ocupado, las sirvientas se apresuraban con la limpieza de la casa… ¡uf! Todo un mar de manos trabajando duro para la fiesta de en la noche, se dio un paso por las cocinas, bueno ni hablar los de la sala no estaban tan estresados, su madre se dio a la tarea de contratar a un chef americano que daba órdenes en alemán a sus alumnos, los cuales picaban, batían, freían, horneaban un sinfín de platillos, a Cynthia ver todo eso le despertó el apetito, por lo que se dispuso entrar a la que era su cocina por un par de manzanas las cuales echó en su bolso para subir a su habitación, solo que no se sospechaba que al llegar estaría ahí dentro un par de estilistas, quienes no esperaron a que terminara de entrar para cogerla de los brazos metiéndola dentro.
-Pero…-Cynthia intentaba por todos los medios salvarse de eso, su madre estaba gastando horrores, ella pensó que sería una fiesta sencilla; mas lo que veían sus ojos le dejaban ver otra cosa.
-Su madre quiere que quede preciosa para la noche.-Cynthia miró de reojo a una mujer algo mayor que se acercaba a ella con un portafolios y una secadora en mano.-Y como mi trabajo es hermosear, eso haré justamente, así que linda ponte cómoda, lee esta revista y ¡manos a la obra!









martes, 1 de octubre de 2013

Veneno

Lunes, al fin llegaba el bandito Lunes; John se levantó como todo el tiempo sin ánimos de nada, mucho menos de escuchar a los estúpidos de la academia de arte, ¡eran Igual que en Clardestons School! Solo que se las daban de estúpidos intelectuales, aunque tampoco se quejaba; los profesores no eran tan estrictos y al menos podía alcanzar de un siete a un ocho punto cinco de promedio.
Antes de levantarse se quedó seimsentado dedicándose a ver por la ventana, las calles a esa hora estaba netamente vacías, comenzaban a llenarse a eso de las siete en adelante; eran las seis y media de la mañana por lo que todavía estaban prendidos los focos públicos, el que estaba en frente de su habitación no funcionaba,  la luz era un poco tenue, se iba y venía a cada cinco minutos.
Después recordó nuevamente a Cynthia Powell, no quería hacerlo pero su subconsciente así le ordenaba y cada vez que pensaba en ella, lo hacía también en McCartney ¿Qué tanto habría logrado Paul con Cynthia el domingo? ¿Le habría besado? ¿Se adelantó y le propuso que fuesen novios? Era lo más normal, Paul y Cynthia se conocían desde hacía algunos meses, estaba por demás admitir que McCartney jugase chueco y le hiciese alguna mala partida. Aunque después se detenía a pensar con mejor claridad, no Paul no era de esos cobardes que daban una pedrada siempre adelante. Si algo le reconocía a Paul es que era ante todo un tipo que ponía las amistades antes, por lo que podría despreocuparse.
Por ese lado, ambos jugarían al parejo, la primer opción obviamente no la descartaba y eso hacía que la sangre le hirviese por dentro, pues mientras Powell a él no le daba cuartel, a Paul se notaba que le tenía bastante confianza dado que veía como le esperaba en la universidad terminadas las clases.
Cynthia era de la edad de Paul o sea dos años menor que él, eso no era impedimento para Lennon; gustaba tenerlas de todas las edades, si en algo se distinguía era en que no hacía discriminaciones con ninguna.
Mimí le esperaba en la cocina con un desayuno que consistía en huevos revueltos, fruta picada y jugo de naranja, era demasiado pero para el apetito que Lennon tenía llegadas las doce del día; todo esa abundante desayuno rico en proteínas se volvía poca cosa, entonces era sustituido por un par de emparedados de jamón con queso crema. Los cuales  Mimí tenía buen cuidado de colocar en un departamento aparte en su mochila.
John se sentó a la mesa abriendo el periódico, escupió el primer bocado que se llevó a la boca, en la primer sección que era la de sociales aparecían Cynthia y Paul dándose semejante pico; enfrente del pastel todos los de atrás aplaudían.
-¡Mierda!
John dejó a un lado el periódico junto con el tenedor, ver eso a primeras horas de la mañana le dejó sin hambre, cogió pues su mochila y la guitarra que le regaló su madre. Se hubiera largado de esa casa si no hubiese escuchado la ‘’melodiosa’’ voz de Mimí gritarle desde la cocina:
-¡A donde crees que vas John!
John se volvió enfadado, lo del periódico le cambió rotundamente el buen humor con el que amaneció, por uno relativamente pesado.
 -¡Pues a donde más crees que voy Mimí!-John no tenía muchas ganas de dar explicaciones.-¡A la jodida escuela!
Sin más salió de casa azotando la puerta tras de sí, buscó en su chaqueta de piel; negra un cigarrillo, por suerte, los que compró la tarde del domingo con Stuart todavía no se acababan, antes de salir encendió uno y emprendió la caminata hacia la escuela de arte.
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Cynthia se despidió de su madre dándole el acostumbrado beso en la mejilla.
-¡No olvides llegar temprano, recuerda que Tony regresa hoy de Londres!
Cynthia solamente asintió con la cabeza, mejor regalo no pudo tener que enterarse de que Tony, tenía una semana libre otorgada por la escuela militar para ir a Liverpool, todo por motivo de su cumpleaños. Le hubiese encantado tenerlo con ella el mero día, pero fue completamente imposible.
Tony hacía el servicio militar, fungiendo como guardia en Kengisnton por lo que debía quedarse todo el domingo hasta el lunes en la tarde, aún así estaba contenta con tener a su hermano en casa. No porque fuese su hermano mayor, sino porque a raíz del deceso de su padre Tony era; quien le consentía todos sus caprichos. A parte de que otro motivo de su contento era el tocadiscos nuevo que le llegó de Londres, como regalo retrasado de su hermano, en realidad no es que necesitase uno, pero se escuchaba de maravilla.
Paul le esperaba afuera de su casa como todas las mañanas, Cada quien iba a escuelas distintas pero tomaban el mismo auto bus por lo que no había ningún problema.
Apenas salió de su casa le recibió con un abrazo y un beso en la mejilla:
-Buenos días ¿Puedo saber el porqué de tanta alegría?
Cynthia dudó en decirle un poco a Paul sobre Tony, pero considerando el hecho de que probablemente Paulie sería más pronto de lo que ella esperaba como algo más que un amigo, estaba dispuesta a decírselo.
-Mi hermano.-Cynthia sin sospechárselo ya tomaba la mano de Paul, este sintió un escalofrío recorrerle la espalda.-Tony regresa hoy de Londres, estará una semana aquí, ya sabes por lo de mi cumpleaños.
Paul se quedó callado, Cynthia seguía cogida de su mano, no es que le desagradara al contrario; sin embargo pensaba que las cosas estaban yendo demasiado a prisa para su gusto.
-Mamá quiere hacer una fiesta privada.-Cynthia continuaba con su relato.-Esta noche, invitará solamente miembros de la familia de Blackpool, y unas cuantas amistades de aquí, por cierto que estas invitado.
-Gracias. –Paul se rascó la cabeza, era otro chance más para granjearse a Cyn. Solo que consideraba el hecho de que John debería hacer algo por su cuenta antes que se le ocurriese reclamar.-Vendré en la noche.
-Eso espero, no me gustaría estar sola.
Ambos se echaron a reír con el último comentario de Cynthia, luego siguieron en silencio su camino.
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John llegó al aula de la clase de boceto hecho una fiera, dejó con furia su maletín sobre el pupitre sin fijarse siquiera que en la misma instancia se encontraba Marie la ‘’mejor’’ amiga se Cynthia, esta no perdió chance para seguir jugándose su suerte con Lennon.
-Hola John.-Deslizó sus manos alrededor del pecho de John por debajo de la camisa, con lo que no contaba, es con que Lennon no estuviese de humor para soportar a nadie.-Uy que genio traemos, a que viste los periódicos ¿no?
John que estaba de frente hacia la pizarra se volvió enfadado hacia Marie, solo porque no quería perder sus galas de caballero cuando intentaba conquistarla.
-Mira linda.-John tomó fuertemente su barbilla.-No estoy de humor para tus sarcasmos Marie.
John se dio la media vuelta, quedando nuevamente en la posición donde estaba antes, solo que Marie no se quedó conforme, estaba segura que John había visto los periódicos de la mañana donde la tonta de Cynthia salía dándose besos con Paul; lo que más le causaba regocijo era saber que probablemente Lennon estaría con el culo ardiendo después de haberlas visto.
-¿Qué se siente John?-John se volvió hacia ella con el rostro nuevamente desencajado, estaba colmándolo.-¿No es grato saber cuando alguien te manda al demonio de buenas a primeras verdad?
John dejó escapar una carcajada, era obvio que Marie estaba celosa de Cynthia o al menos eso es lo que sus palabras con algo de veneno le hicieron pensar; en parte admitía que Marie aún con todo y lo patética que era tenía razón, en otros tiempos era él quien las mandaba al demonio con la mano en la cintura argumentando que ya no eran suficientes. Sin embargo Powell…esa Powell le estaba causando miles de dolores de cabeza.
Pero tenía el buen cuidado de no darlo a notar, siempre que podía se daba el lujo de pasar el rato con las otras a fin de cuentas eran muchas.
-¿A caso habla la voz de la experiencia Marie?-¡Bingo! Golpe de vuelto, eso le enseñaría a esa perra a no pasarse de lista con él.-Digo, me parece que yo te hice lo mismo cuando me fijé en Powell.
Marie se quedó callada, solo porque la lengua se le trabó con las últimas palabras de John. Pero la turbación pasó rápido lo que le dio chance de defenderse aunque fuese un poco.
-Puede que sí.-Marie se puso a caminar por las filas, terminó cansándose y se sentó en uno de los pupitres que estaban cerca de John.-¿Pero no me has dicho todavía que se siente?
John se encogió de hombros.
-Pues ni bien, pero tampoco mal, es decir siempre hay una primera vez, pero te aseguro que tu amiguita va a caer.
-¿Eso crees?-Espetó Marie entre juguetona y burlesca.-McCartney también anda detras.
-Eso ya lo sé.
Marie se volvió hacia John sorprendida, ¿Qué diablos quería decir con eso? O…¡Vaya ,vaya! Así que Lennon y McCartney se peleaban a Cynthia, pobre par de tontos peleándose por alguien que a su gusto era insignificante.
Por su parte John solo miraba a Marie con una gran sonrisa en el rostro, estaba seguro que eso acabó por molerla, al menos le quitaría esos aires de abeja reina que se cargaba aunque también comprendía que a raíz de ello le estaba echando a Powell encima, no le importaba solo con hacerla sentir una pulga le hacía feliz.
-¿Qué pasa Marie?-John ahora era quien le rondaba escondiendo su nariz entre su negra y espesa cabellera.- ¿Te han comido la lengua los ratones?
Marie hubiese contestado, estaba en ese punto enfurecida, nadie se atrevía a hablarle en ese tono, solamente John Lennon podía hacerlo pero porque ella sabía que ambos eran igual, apenas abrió la boca el aula comenzó a llenarse de alumnos, y ella tuvo que tragarse una vez más sus palabras dejando tras de sí a un Lennon felizmente victorioso.