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miércoles, 2 de octubre de 2013

Romeo y Julieta

La última alumna en llegar fue Cynthia, quien llegó algo avergonzada al salón, casi nunca solía llegar tarde esa vez se lo permitió solo porque se dio un tiempo para platicar un poco más con Paul. Al llegar al aula para su fortuna el profesor no había notado todavía su presencia, pero al barrer la misma con los ojos se pudo dar cuenta perfectamente de que todos los malditos pupitres ya estaban llenos, solo faltaba uno: justamente el de John.
Bueno nada le quitaría el compartir asiento con John; a fin de cuentas solo sería una clase, las demás procurarían llegar un poco más temprano y listo. Se liberaba de esa calamidad.
-¿Por qué tan tarde señorita Powell?-Preguntó John simulando la voz del profesor Churchill .
Si ello a él le causaba risa, a Cynthia no, ella volteó a verlo un poco enojada, esas eran sus cosas solo le importaban a ella y a nadie más.
-Que te importa.-Responde Cynthia a modo tajante, eso hace enfurecer a John.
Este sin que ella se lo sospeche comienza a tirar de su brazo con fuerza, tanta que Cynthia es incapaz de reprimir un gritito de dolor que apenas alcanzan a escucharlo los dos que estaban; después fijó sus orbes verdes en John cargadas de odio.
Odio que a Lennon poco le importó, el también lo sentía en ese momento, y solo a base de dolor físico pudo hacérselo saber.
-¡Señor Lennon!-El profesor Churchill le obligó a soltarla, ella solamente se conformó con sobarse la mano mientras John no despegaba sus ojos del veterano que estaba en la otra esquina del aula.-¿Puede decirme que es lo último que he leído a cerca de la historia del oleo? También le incluyo a usted señorita Powell
Tanto John como Cynthia se quedaron callados no escucharon ni una sola palabra a cerca de esa lectura. Sin embargo el profesor seguía en su mismo sitio, esperando con paciencia a que uno de los dos se atreviese a contestar, siguieron pasando los minutos hasta completar los diez y el aula seguía en silencio.
-Bien. Me temo que he de mandarlos a direccion, ambos están en detención hasta nuevo aviso, hagan el favor de abandonar el aula.
Si para John fue alivio el que el viejo Churchill los echara del aula, para Cynthia fue una vergüenza, nunca en lo que llevaba estudiando en el Colegio de Arte le sucedió algo parecido a eso, ¡Todo por culpa de ese Lennon! La correa de su maleta bajó de golpe a la parte afectada por el agarre de John le hizo volver a gemir, estúpido Lennon.
®®®®
Llegaron a la dirección y la recepcionista les ordenó que esperaran; dentro escuchó a John llamara a la recepcionista ‘’Becky’’. La tonta solo el guiñó el ojo, era de su edad; seguramente otra tonta más que John se habría echado al plato.
John no se quedó conforme, lo de la clase de boceto le pareció poco, y bueno quiso empezar a volver a molestarla, algo había en Cynthia que le hacía parecer bonita cuando se enojaba.
-¿Incomoda señorita Powell?-John se dejó caer en uno de los asientos que se encontraban enfrente.-Seguro que esta es su primera visita a la dirección ¿a que si?
Cynthia por su parte, ya no quería seguir cayendo en el juego de semejante estúpido; era preferible hacer como si nadie estuviese hablando, era lo mejor que podía hacer, claro si es que no quería valerse de otra detención solo por permitirse caer en los juegos infantiles de John Lennon.
Las cosas que caracterizaban a John eran precisamente la perseverancia, era demasiado perseverante estaba dispuesto a esperar, esperar y esperar cuantas veces fuese necesario, dejó probar esa teoría con Marie, hasta que la hizo caer, sabía a ciencia cierta que Powell sería difícil pero nada en esta vida era imposible.
Una sonrisa se pintó en los delgados y rosados labios de John; esa tonta ahora estaba siendo malcriada todo gracias a los mimos de  Paul, pero en cuanto le llegara su momento de  estar con él, estaba cien por ciento seguro que sería otra cosa.
De momento ya no la molestaría, no le convenía que ella volviera a enojarse y entonces…. Se armara la de dios es Cristo, dejaría las cosas por la paz, trataría de cambiar el tema y charlar hasta de lo lindo que estaba el día el caso era hacerla abrir esa maldita bocaza.
-Hace un lindo día afuera.-John hojeaba un libro con poco interés al momento de hacer la pregunta.-
Cynthia dejó de mala gana el libro que leía, cerrándolo de golpe y guardándolo en su maletín.
-¿Por lo visto tú nunca te cansas de ser molesto verdad?-John se encogió de hombros sonriendo de manera cínica.-¡Eres insoportable idiota!
Cynthia estaba más que pinta para darle su merecida bofetada, John aprovechando que Becky desde hacía rato no estaba, aprovecho para tomarle los brazos y estamparla en la pared, estaba cansándose de esa tonta con aires de grandeza porque no empezar a amansarla de una vez.
-¡Suéltame!-Cynthia movía fuertemente los brazos para tratar de escapar de John, era imposible, no podía.-¡Que me dejes!
John con el brazo derecho logró coger la cabellera rubia de Cynthia intentando acercar su cabeza a su cara, bueno no era mal momento para darle a Cyn ‘’su regalo de cumpleaños’’ aunque atrasado claro estaba, pero en fin lo que contaba era la intención.
Estuvo a nada de besarla de no haberse topado con sus ojos, eran hermosamente azules, pero tenían un azul raro, casi, casi como el color del agua aun así, no dejaban de parecerle hermosos aunque de ellos solo saliera furia hacia a él. Se quedó quieto y ella también dejó de forcejear, algo extraño pasaba entre esos dos, nadie dijo nada, no se escuchó ni el zumbido de una mosca, todo estaba perfectamente en silencio, John seguía concentrado en los ojos de Cynthia estaba seguro que chicas con ojos azules las tuvo por montones, pero no con ese color tan extraño y raramente peculiar.
El pequeño momento de hipnotización desapareció pronto con la llegada del profesor Churchill junto con el director, ambos al entrar vieron como John miraba a Cynthia, no de forma lasciva era más bien como si el señor Lennon tuviese entre sus manos algún objeto preciado y sus ojos no se desapartasen de ello, de pronto el director Cohen recordó que los de la facultad de arte dramático tenían una obra de Shakespeare encima; para ser preciso Romeo y Julieta, estaban teniendo problemas con el casting; quizás consideró que John Lennon y Cynthia Powell serian los protagonistas perfectos, claro si es que no querían perder la semana de exámenes, bien podía hacerles el favor de calificarles a ambos con esa obra.
-Creo que basta de miradas por el momento señor Lennon.-John se despabiló dejando a Powell totalmente en libertad.-Necesito hablar con ustedes, espero que quieran cooperar o de lo contrario reprobaran todas sus materias para esta unidad.
Cynthia puso cara de horror ¡reprobar todas las materias! Era injusto, todo culpa de John Lennon. Si para Cynthia era algo horrible, para John era como si le hubiesen dicho que tenía una mosca en la nariz, poco le importaban la escuela y el tener una carrera, a él le gustaba la música, se dedicaría a hacerla ano a trabajar para alguien más; no estaba en su naturaleza el recibir órdenes de otro idiota peor que él.
Sin embargo comprendió que tenía que escuchar, Mimi no dejaba de atosigarlo con que sacara calificaciones decentes.
-Bien, como sabrán los de Arte Dramático están trabajando en Romeo y Julieta…
-¿Y a mí que mierdas me importa?
Cynthia volteó a verlo espantada ¡que horrible John no conocía de modales! Ese tipo merecía vivir en tiempos de las cavernas.
-Cállese señor Lennon.-Acotó Cohen con firmeza, John solo se siguió burlando, al director ya no le importó.-Como les decía, están trabajando en una obra de teatro, para ser exacto Romeo y Julieta.
-¿Pero nosotros que tenemos que ver señor?-Cuestionó Cynthia tratando de ser educada.
El señor Cohen sonrió, esa era la cuestión de primera estaba seguro que ambos pondrían el grito en el cielo, bien sabía que no se llevaban pero era actuar juntos como protagonistas; o repetir el año en ellos estaba decidir.
-La cuestión es la siguiente señorita Powell, están teniendo ciertas dificultades para conseguir a los protagonistas, están listos todos los personajes, desde Capuletos hasta Montescos; faltan sin embargo las velitas del pastel o sea Romeo y Julieta.
Cynthia tragó saliva pesadamente, estaba empezando a comprender el mensaje subliminal que le mandaba el señor Cohen; el problema es que ella no estaba dispuesta hacer un protagónico con Lennon.
-Iré al grano de una vez chicos, necesito que ustedes protagonicen esa obra, o de lo contrario reprueban el semestre.
Cynthia y John abrieron la boca totalmente sorprendidos, esa amenaza los dejó sin defensa ni que decir, estaban como quien decía prácticamente obligados a actuar juntos y lo que era peor para Cynthia, tendría que fingir en un maldito escenario que estaba enamorada de él.
-¿Entonces?-El señor Cohen prosiguió.-¿Qué me dicen señor Lennon? Están dispuestos a cooperar, o les aviso a sus profesores para que automáticamente les reprueben.
-¡No!-Cohen se regocijó al escuchar a Cynthia tan exaltada.-Al menos yo si estoy dispuesta a cooperar.
-Me parece formidable señorita Powell ¿Y usted señor Lennon?
-si no queda de otra.-Argumentó John sin mucho interés, a decir verdad poco le importaba si reprobaba o no, la maldita escuela era para él un asco.
-Bien, acudirán mañana con la señora Onei San, ella es la principal organizadora del evento y les dirá que hacer. Nos vemos luego, pueden retirarse.
Cynthia fue la primera en salir, con esa noticia no le quedaron ganas de seguir en el colegio por lo que consideró prudente volver a casa y no regresar hasta la tarde, a fin de cuentas, tenia clases en horario mixto; quizás ya para esas horas podría considerarse en mejor estado que en esos momentos.
John por su parte prefirió ir al Cavern, ahora si estaba metido en un problema de los grandes, no sabía ni como coño se actuaba, había visto algunas películas de talla romántica pero nunca como Romeo y Julieta, estaba seguro que en cuanto se lo dijese a los demás estallarían de la risa; en especial al cabron de Peter Shotton a quien no veía desde hace dias y tenia especiales ganas de platicar con él. Antes tenía que ir al Caverna, en su camino se topó con Stuart, lo consideró bueno ya que no queria irse solo.
-¿Y ahora tu que tienes?
John se quedó callado, apuró a terminar el cigarro que llevaba en la boca, solo que hasta eso le fastidió, mejor prefirió quitárselo y lanzarlo por el puente.
-Problemas.-Dijo a modo seco,
Stuart no pensaba quedarse callado, por lo que quiso seguir insistiendo.
-Con cierta señorita de lindos ojos azules.-Stuart parpadeó los ojos de manera femenina, hecho que hizo reír a John.-¿Y que con ella esta vez?
John se sentía avergonzado, no queria decirle que saldría de ‘’Romeo’’ en la obra de teatro escolar, sin embargo si no lo decía seria como tragarse toda la rabia que sentía en esos momentos.
-¿Algunas vez has actuado Stu?
-Para nada.-Stuart arrugó el entrecejo-¿Por qué?
-¿Quién creees que personificara a Romeo en la obra que están haciendo los cabrones de arte dramático?
Stuart se encogió de hombros, no entendía a John hasta que…la risa no se hizo esperar, no podría aguantar hasta ese día, necesitaba cuando menos ver a Lennon ensayando, haciéndola de caballero galante enmarado de su bella dama. Solo que habría que preguntar ¿Quién era la bella dama?
-Supongo entonces que Julieta será…
-Supones bien Sutcliffe.-Acotó Lennon de mal humor-Es lo más ridículo que he hecho diré palabras de amor enfrente de todos, maldita escuela.
Stuart mientras John renegaba de su suerte se puso a maquinar, esa obra era la excusa perfecta para ganarle a Paul, solo que John cuando se enojaba se le cerraba el cerebro y se volvía un cabezota de lo peor, lo que le originaba el no pensar, si Cynthia seria Julieta entonces lo único que John tenía que hacer era hacer las cosas más naturales de lo que aprecian, es decir no actuarlas sino sentirlas y expresarlas para ver si así Cynthia caía. Era cosa fácil lamentablemente, Lennon hacia todo difícil.
-¡Pedazo no ves que es tu oportunidad para que se la quites a Paul!
 Stuart zarandeó a John desesperado, John le dedicó un par de miradas extrañas era ilógico se supone que el interesado debería ser él; no Stuart. Quien al parecer era el más interesado en que le quitase la novia a Paul; aunque también debía admitir que aunque no lo admitiese ni uno ni otro entre Paul y Stuart había una pequeña rivalidad, y Stuart veía en John su motivo de venganza, pero obviamente John no iba a dejarse manipular por Sutcliffe él nada tenía que ver con los problemas que se cargaba con Paul.
-Una cosa si te voy a decir Stu.-John se puso serio, también consideraba amigo a Paul y no iba a darle la puñalada por detrás, quería jugar limpio como estaba seguro, jugaba Paul.-Pienso hacer las cosas a mi manera; así que te pediré que no me presiones, quiero a Powell para mí, pero yo sabré cuando empezar.
-¿Cuándo Paul ya te la haya ganado?-Stuart arqueó una ceja al tiempo que se recargaba en el muro de las escaleras.
-Será cuando yo lo decida, Stu, he dicho.-A John el tema estaba poniéndole nervioso, mejor prefirió cambiarlo.-¿No te apetece ir al Caverna? Quisiera ensayar un poco par ale show de esta noche.
Stuart se encogió de hombros, por el momento sus clases estaban terminadas, no tenía nada mejor que hacer.
-Bueno, te acepto la invitación.
®®®®
Cynthia llegó a casa completamente derrotada, se bajó del taxi pagando las veinticinco libras, a continuación tocó el timbre, el jardinero fue quien abrió la puerta haciéndose a un lado para dejarla pasar.
-¿Regresa tan rápido señorita?
Cynthia sonrió.
-Sí, digamos que hoy no fue mi día Giuseppe. Volveré para la tarde.
-La señorita debería tomar uno de los coches, ya sabe que a su madre no le gusta que viaje en taxis.
Cynthia rodó los ojos, ya tenía diecisiete años, todavía no entendía porque es que su madre le sobreprotegía tanto, además ya tenía al edad de cuidarse sola.
-¿Esta ella en casa?
-No señorita, ha salido a hacer unas compras, con eso de que su hermano llega hoy de Londres, tiene a todo mundo bastante ocupado con lo de la fiesta que piensa dar.
-Gracias por el dato Giuseppe, iré adentro a ver en que puedo ayudar.
Cynthia se despidió de Giuseppe; caminando directamente hacia la casa, al entrar se topo con todo un movimiento de gente, flores por aquí y por allá del techo colgaban adornos, músicos ensayando, incluso el tocadiscos que le trajo su hermano estaba siendo ocupado, las sirvientas se apresuraban con la limpieza de la casa… ¡uf! Todo un mar de manos trabajando duro para la fiesta de en la noche, se dio un paso por las cocinas, bueno ni hablar los de la sala no estaban tan estresados, su madre se dio a la tarea de contratar a un chef americano que daba órdenes en alemán a sus alumnos, los cuales picaban, batían, freían, horneaban un sinfín de platillos, a Cynthia ver todo eso le despertó el apetito, por lo que se dispuso entrar a la que era su cocina por un par de manzanas las cuales echó en su bolso para subir a su habitación, solo que no se sospechaba que al llegar estaría ahí dentro un par de estilistas, quienes no esperaron a que terminara de entrar para cogerla de los brazos metiéndola dentro.
-Pero…-Cynthia intentaba por todos los medios salvarse de eso, su madre estaba gastando horrores, ella pensó que sería una fiesta sencilla; mas lo que veían sus ojos le dejaban ver otra cosa.
-Su madre quiere que quede preciosa para la noche.-Cynthia miró de reojo a una mujer algo mayor que se acercaba a ella con un portafolios y una secadora en mano.-Y como mi trabajo es hermosear, eso haré justamente, así que linda ponte cómoda, lee esta revista y ¡manos a la obra!









martes, 1 de octubre de 2013

Veneno

Lunes, al fin llegaba el bandito Lunes; John se levantó como todo el tiempo sin ánimos de nada, mucho menos de escuchar a los estúpidos de la academia de arte, ¡eran Igual que en Clardestons School! Solo que se las daban de estúpidos intelectuales, aunque tampoco se quejaba; los profesores no eran tan estrictos y al menos podía alcanzar de un siete a un ocho punto cinco de promedio.
Antes de levantarse se quedó seimsentado dedicándose a ver por la ventana, las calles a esa hora estaba netamente vacías, comenzaban a llenarse a eso de las siete en adelante; eran las seis y media de la mañana por lo que todavía estaban prendidos los focos públicos, el que estaba en frente de su habitación no funcionaba,  la luz era un poco tenue, se iba y venía a cada cinco minutos.
Después recordó nuevamente a Cynthia Powell, no quería hacerlo pero su subconsciente así le ordenaba y cada vez que pensaba en ella, lo hacía también en McCartney ¿Qué tanto habría logrado Paul con Cynthia el domingo? ¿Le habría besado? ¿Se adelantó y le propuso que fuesen novios? Era lo más normal, Paul y Cynthia se conocían desde hacía algunos meses, estaba por demás admitir que McCartney jugase chueco y le hiciese alguna mala partida. Aunque después se detenía a pensar con mejor claridad, no Paul no era de esos cobardes que daban una pedrada siempre adelante. Si algo le reconocía a Paul es que era ante todo un tipo que ponía las amistades antes, por lo que podría despreocuparse.
Por ese lado, ambos jugarían al parejo, la primer opción obviamente no la descartaba y eso hacía que la sangre le hirviese por dentro, pues mientras Powell a él no le daba cuartel, a Paul se notaba que le tenía bastante confianza dado que veía como le esperaba en la universidad terminadas las clases.
Cynthia era de la edad de Paul o sea dos años menor que él, eso no era impedimento para Lennon; gustaba tenerlas de todas las edades, si en algo se distinguía era en que no hacía discriminaciones con ninguna.
Mimí le esperaba en la cocina con un desayuno que consistía en huevos revueltos, fruta picada y jugo de naranja, era demasiado pero para el apetito que Lennon tenía llegadas las doce del día; todo esa abundante desayuno rico en proteínas se volvía poca cosa, entonces era sustituido por un par de emparedados de jamón con queso crema. Los cuales  Mimí tenía buen cuidado de colocar en un departamento aparte en su mochila.
John se sentó a la mesa abriendo el periódico, escupió el primer bocado que se llevó a la boca, en la primer sección que era la de sociales aparecían Cynthia y Paul dándose semejante pico; enfrente del pastel todos los de atrás aplaudían.
-¡Mierda!
John dejó a un lado el periódico junto con el tenedor, ver eso a primeras horas de la mañana le dejó sin hambre, cogió pues su mochila y la guitarra que le regaló su madre. Se hubiera largado de esa casa si no hubiese escuchado la ‘’melodiosa’’ voz de Mimí gritarle desde la cocina:
-¡A donde crees que vas John!
John se volvió enfadado, lo del periódico le cambió rotundamente el buen humor con el que amaneció, por uno relativamente pesado.
 -¡Pues a donde más crees que voy Mimí!-John no tenía muchas ganas de dar explicaciones.-¡A la jodida escuela!
Sin más salió de casa azotando la puerta tras de sí, buscó en su chaqueta de piel; negra un cigarrillo, por suerte, los que compró la tarde del domingo con Stuart todavía no se acababan, antes de salir encendió uno y emprendió la caminata hacia la escuela de arte.
®®®®
Cynthia se despidió de su madre dándole el acostumbrado beso en la mejilla.
-¡No olvides llegar temprano, recuerda que Tony regresa hoy de Londres!
Cynthia solamente asintió con la cabeza, mejor regalo no pudo tener que enterarse de que Tony, tenía una semana libre otorgada por la escuela militar para ir a Liverpool, todo por motivo de su cumpleaños. Le hubiese encantado tenerlo con ella el mero día, pero fue completamente imposible.
Tony hacía el servicio militar, fungiendo como guardia en Kengisnton por lo que debía quedarse todo el domingo hasta el lunes en la tarde, aún así estaba contenta con tener a su hermano en casa. No porque fuese su hermano mayor, sino porque a raíz del deceso de su padre Tony era; quien le consentía todos sus caprichos. A parte de que otro motivo de su contento era el tocadiscos nuevo que le llegó de Londres, como regalo retrasado de su hermano, en realidad no es que necesitase uno, pero se escuchaba de maravilla.
Paul le esperaba afuera de su casa como todas las mañanas, Cada quien iba a escuelas distintas pero tomaban el mismo auto bus por lo que no había ningún problema.
Apenas salió de su casa le recibió con un abrazo y un beso en la mejilla:
-Buenos días ¿Puedo saber el porqué de tanta alegría?
Cynthia dudó en decirle un poco a Paul sobre Tony, pero considerando el hecho de que probablemente Paulie sería más pronto de lo que ella esperaba como algo más que un amigo, estaba dispuesta a decírselo.
-Mi hermano.-Cynthia sin sospechárselo ya tomaba la mano de Paul, este sintió un escalofrío recorrerle la espalda.-Tony regresa hoy de Londres, estará una semana aquí, ya sabes por lo de mi cumpleaños.
Paul se quedó callado, Cynthia seguía cogida de su mano, no es que le desagradara al contrario; sin embargo pensaba que las cosas estaban yendo demasiado a prisa para su gusto.
-Mamá quiere hacer una fiesta privada.-Cynthia continuaba con su relato.-Esta noche, invitará solamente miembros de la familia de Blackpool, y unas cuantas amistades de aquí, por cierto que estas invitado.
-Gracias. –Paul se rascó la cabeza, era otro chance más para granjearse a Cyn. Solo que consideraba el hecho de que John debería hacer algo por su cuenta antes que se le ocurriese reclamar.-Vendré en la noche.
-Eso espero, no me gustaría estar sola.
Ambos se echaron a reír con el último comentario de Cynthia, luego siguieron en silencio su camino.
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John llegó al aula de la clase de boceto hecho una fiera, dejó con furia su maletín sobre el pupitre sin fijarse siquiera que en la misma instancia se encontraba Marie la ‘’mejor’’ amiga se Cynthia, esta no perdió chance para seguir jugándose su suerte con Lennon.
-Hola John.-Deslizó sus manos alrededor del pecho de John por debajo de la camisa, con lo que no contaba, es con que Lennon no estuviese de humor para soportar a nadie.-Uy que genio traemos, a que viste los periódicos ¿no?
John que estaba de frente hacia la pizarra se volvió enfadado hacia Marie, solo porque no quería perder sus galas de caballero cuando intentaba conquistarla.
-Mira linda.-John tomó fuertemente su barbilla.-No estoy de humor para tus sarcasmos Marie.
John se dio la media vuelta, quedando nuevamente en la posición donde estaba antes, solo que Marie no se quedó conforme, estaba segura que John había visto los periódicos de la mañana donde la tonta de Cynthia salía dándose besos con Paul; lo que más le causaba regocijo era saber que probablemente Lennon estaría con el culo ardiendo después de haberlas visto.
-¿Qué se siente John?-John se volvió hacia ella con el rostro nuevamente desencajado, estaba colmándolo.-¿No es grato saber cuando alguien te manda al demonio de buenas a primeras verdad?
John dejó escapar una carcajada, era obvio que Marie estaba celosa de Cynthia o al menos eso es lo que sus palabras con algo de veneno le hicieron pensar; en parte admitía que Marie aún con todo y lo patética que era tenía razón, en otros tiempos era él quien las mandaba al demonio con la mano en la cintura argumentando que ya no eran suficientes. Sin embargo Powell…esa Powell le estaba causando miles de dolores de cabeza.
Pero tenía el buen cuidado de no darlo a notar, siempre que podía se daba el lujo de pasar el rato con las otras a fin de cuentas eran muchas.
-¿A caso habla la voz de la experiencia Marie?-¡Bingo! Golpe de vuelto, eso le enseñaría a esa perra a no pasarse de lista con él.-Digo, me parece que yo te hice lo mismo cuando me fijé en Powell.
Marie se quedó callada, solo porque la lengua se le trabó con las últimas palabras de John. Pero la turbación pasó rápido lo que le dio chance de defenderse aunque fuese un poco.
-Puede que sí.-Marie se puso a caminar por las filas, terminó cansándose y se sentó en uno de los pupitres que estaban cerca de John.-¿Pero no me has dicho todavía que se siente?
John se encogió de hombros.
-Pues ni bien, pero tampoco mal, es decir siempre hay una primera vez, pero te aseguro que tu amiguita va a caer.
-¿Eso crees?-Espetó Marie entre juguetona y burlesca.-McCartney también anda detras.
-Eso ya lo sé.
Marie se volvió hacia John sorprendida, ¿Qué diablos quería decir con eso? O…¡Vaya ,vaya! Así que Lennon y McCartney se peleaban a Cynthia, pobre par de tontos peleándose por alguien que a su gusto era insignificante.
Por su parte John solo miraba a Marie con una gran sonrisa en el rostro, estaba seguro que eso acabó por molerla, al menos le quitaría esos aires de abeja reina que se cargaba aunque también comprendía que a raíz de ello le estaba echando a Powell encima, no le importaba solo con hacerla sentir una pulga le hacía feliz.
-¿Qué pasa Marie?-John ahora era quien le rondaba escondiendo su nariz entre su negra y espesa cabellera.- ¿Te han comido la lengua los ratones?
Marie hubiese contestado, estaba en ese punto enfurecida, nadie se atrevía a hablarle en ese tono, solamente John Lennon podía hacerlo pero porque ella sabía que ambos eran igual, apenas abrió la boca el aula comenzó a llenarse de alumnos, y ella tuvo que tragarse una vez más sus palabras dejando tras de sí a un Lennon felizmente victorioso.





viernes, 23 de agosto de 2013

¿De que te quejas? En la Guerra y en el amor todo se vale

Era domingo, John no tenía nada que hacer, mientras que tía Mimí se estaba poniendo sus mejores prendas, era el cumpleaños de Cynthia Powell, Patrice la invitó a tomar el té, mientras su hija tenía una fiesta ‘’privada’’ con los señoritos de Liverpool, no entendía el afán de Patrice por hacer que Cynthia conociese muchachos, aunque ella no tuvo hijos propios, pensaba que estaba apresurándose demasiado, Cynthia estaba en la edad de conocer, de disfrutar , como siempre su madre no la estaba dejando disfrutar de ello.
Mimí salió de su habitación arreglándose el cabello recién arreglado, antes de salir tomó su bolso, no sin antes gritar a John que se cuidase de no hacer otra locura mientras ella estuviese fuera de casa. Al abrir la puerta se encontró a Stuart Sutcliffe. No le gustaba mucho como amigo de John, pero en fin para hacer entender a su sobrino, era un trabajo imposible.
-¿Buscabas a John?-Preguntó tajantemente.
Stuart por su parte, sabía que no era muy del agrado de la tía de John por más bien que se portase, así que comprendió que si siendo caballeroso no la hacía caer, pues prefirió ser él mismo. O sea cínico como el mismo sabía.
Stu sonrió de medio lado, sí esa sonrisa ladina que las hacia caer a todas…menos a Mími.
-De hecho sí.-Se puso a sacarse la tierra de las uñas.-¿Supongo que puedo pasar no tía?
Mími rodó los ojos, se abrió paso para dejarlo entrar. Una vez que Stuart estuvo dentro cerró la puerta para alejarse finalmente de la cuadra. Por su parte Stuart subió las escaleras, al entrar a la habitación de Lennon se lo encontró profundamente dormido.
Stuart ideó un plan para despertarlo, caminó hacia atrás y cuando vio que midió los pasos suficientes como para echarse encima de John se echó a correr, cayendo sobre Lennon.
John se despertó algo sofocado y a la vez enojado, por una parte porque Stuart lo despertó estaba soñando con Bridgitte Bardot, y en segunda porque no fue invitado a la fiesta de la Powell.
-¡Carajo Stu que manera de despertarme tienes!
Stuart se recargó en el muro de la puerta al tiempo que se carcajeaba, ver enojado a John era la cosa que más le divertía; eso era una mola, tenía que admitirlo Lennon se veía chistoso, muy chistoso y más aún cuando se encontraba en ‘’paños menores’’.
Pero a lo que había ido, ese domingo se celebraba la fiesta de Powell, Paul seguramente ya estaría ahí haciendo galas de caballerito del siglo XIX, lo que no quería era que John se quedase atrás con la chica Powell, si es que iban a competir por ella. Pues que la competencia se jugara al parejo para que ninguno de los dos quedara disconforme con los resultados después.
-Ya.-John se sentó de mala gana , al tiempo que se giraba para buscar sus lentes, los cuales encontró debajo de la almohada, fue una suerte que no se hubiesen quebrado.- ¿A que jodidos has venido?
Stu, hizo malas muecas, esas no eran maneras principal mente, lo primero que pensaba es que a Johnny Mimí no le enseñó modales.
-¿Sabes que día es hoy?
John torció los ojos,  de momento no estaba de momento para los jueguitos idiotas de Stu, justo ahí sentía unas ganas de echársele encima a ese cabrón.
-Pues domingo obviamente.-John, no tenía nada de ganas de soportarlo, así que mejor tomó la guitarra, la cual afinó y empezó a tocar algo.
‘’Hello Little Gril’’ Stu puso más oído a la canción. ‘’ Hello little gril, hello little gril. When i see you every day pased mhm, Hello Little Gril…’’ ¡Wow! Vaya que John sí que tenía talento pero no tanto como el marica de McCartney, claro que esos dos juntos hacían la combinación perfecta pero esa canción…
-John.-Stuart llamaba en vano, John seguía embobado con su cancioncita ñoña.-¡Upa!
-¡Ahora ya me has colmado te mataré!
John dejó de lado la guitarra, para irse encima de Stuart, empezando una guerra de cosquillas en la cual el ganador fue Stu dado a que se escapó de Lennon saliendo por el hueco que tenía en su brazo.
-Ya en serio.-Dijo Stuart carcajeándose.-¿Desde cuando tienes esa canción?
John se encogió de hombros, volvió a tomar la guitarra pero solamente le abrazó apoyando su rostro encima de ella.
-Desde hace algunos días, creo que desde el jueves pasado ¿Por qué?
Stuart recorrió su boca con la lengua, Lennon le preguntaba el porqué, pues porqué esa canción sería buena para presentarla como un regalo. No sabía que iba a llevarle Paul pero ya se imaginaba algo lindo y caro.
Pero lo que conquistaba a las chicas no eran los regalos caros, sino mas bien los detalles románticos, la canción de John era justamente lo que él buscaba.
-¿Sabes que hoy es el cumpleaños de Cyn verdad?
-Sí. ¿Y tú sabes que la vieja esa no me invitó verdad? Joder.
Eso hacía las cosas difíciles, de momento no supo que hacer si decirle que se alistara o de plano quedarse con él ya que muchas ganas de ver a la abeja reina, rodeada de los zánganos de Liverpool .
-Lo que me mata de rabia es que Paul si ha de estar ahí.-Lennon apretó su guitarra con fuerza.-¡Maldito idiota! Claro siempre con esa carita de yo no fui, cuando tu y yo le conocemos algunas cosas, solo que el muy pendejo sabe como taparse sus pecadillos.
Stuart se encogió de hombros, le golpeó a John el hombro para que le hiciese un lugar en la cama individual. Como pudo se acomodó en ella subiendo un pie.
-¿Y que vas a hacer?
Lennon se quedó callado, bien esta vez Paul había ganado una, pero siempre le quedaba el consuelo de quien reía al último reía mejor, dejaría pasar unos días más, después de eso llevaría a Cyn a ‘’The Cavern’’. Hello Little Gril sería el tema de apertura, diría que la dedicaba a una buena amiga y ya vería que más hacía después.
No cabía duda, ¡Era todo un genio! Ya tenía ganas de ver la cara de Paul cuando la estuviese cantando, seguro se harían los golpes, pero en fin., Nada que no fuese divertido a fin de cuentas un día se peleaban al día siguiente se contentaban.
-¿Johnny?-Insistió Stuart al verlo callado y sonriendo como idiota.
-Dime Stucliffe.
-¿En que estás pensando?
John suspiró, no le diría a Stu lo que pensaba hacer, eso solamente le concernía a él.
-Solo te diré una cosa Stu, Por esta vez dejare que Paul me lleve ventaja, pero solo por esta vez. Porque las siguientes entonces comenzare a pelear como es debido, no voy a descansar hasta tenerla en mi colchón.
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A pesar de ser el centro de atención Powell estaba aburrida, muy, muy aburrida, Ninguno era lo suficientemente interesante como para tratar de charlar con él cinco minutos por lo menos, A cada cinco segundos miraba hacia la puerta con la esperanza de que alguien conocido entrase por ella. Si pensaba en Paul o John, aunque conociendo como conocía a su madre estaba segura que con la antipatía que ella y Lennon se tenían fue capaz de no invitarlo.
Se partía de risa por dentro al imaginarse la cara de Lennon, por otro lado ni le daba importancia al asunto. Lo primero que ese idiota haría era embriagarse y ponerse a contar chistes estúpidos de esos que sol0 él se inventaba. ¿Pero que esperaba? Era John Lennon, no estaba para más. Su sonrisa se amplió al ver entrar a Dhoty y Marie. Al menos alguien con quien sentirse contenta en medio de esa ‘’tertulia’’ llena de hombres.
Marie entró viboreando todo, vaya que la madre de Cynthia se esmeró. Todos los chicos que conocía y hasta los que no estaban citados en la casa de Powell haciéndole ronda. Solo faltaban dos, Paul McCartney el hijo del dueño de la mueblería y John Lennon.
-¡Querida feliz cumpleaños!
Marie le dio un beso en la mejilla y un abrazo a Cynthia, Cynthia le recibió con mucho gusto, muy diferente a Marie quien cuando estuvo abrazando a Cyn rodó los ojos, Odiaba tener que admitir que esa fuese mejor que ella y sobre todo que hubiese captado la atención de Lennon. Era algo que no se podía creer ¿Cómo Cynthia Powell siendo una rata de biblioteca podía ser del agrado de John? Era algo que no se esperaba.
-¡Cuánto hombre Cyn!-Marie se separó de ella tomándole de las manos.- Y todos para ti sola.
Cynthia se rió, llevó su vaso de brandy a la boca dando un pequeño sorbo, Marie le dio una pequeña cajita forrada con papel azul y un moño color plata a base de adorno, Cyn la cogió sonándola muy cerca de su oído izquierdo.
-¿Y que es?
-Pues abadaquedabra amiga.-Marie le frotó el hombro.-¡Típico de las cumpleañeras! No comas ansias, al llegar la hora de los regalos lo sabrás.
Cyn sonrió, su madre se acercó a recoger el regalo para ponerlo en otros tantos, mientras tocó el turno de Dorothy, ella llevaba un encargo de John, el sábado quedó de verse con Lennon en ‘’The Cavern’’ para hacerle entrego de esa grabación. Le prohibió rotundamente abrirlo, por lo que durante toda la noche del sábado, Dorothy tuvo que comerse las uñas para poder calmarse y así pensar la tentación que le daba el no saber que él había regalado Lennon a Cyn.
Por su parte le llevó el nuevo LP de Eddie Corchan,  sabía que era el cantante de Rock and Roll favorito de Cyn, claro ella sabía todos sus gustos dado a que se conocieron desde muy chicas, se mudaron a Liverpool juntas y bueno Marie fue la última en unirse al grupo solo que Dothy le tenía cierto resentimiento dado a que sentía que le quitaba lugar con Cyn.
-¡Wow Dothy te has lucido!
Cynthia saltó sobre Dorothy, ambas se vencieron por sus pesos y fueron a dar al suelo mientras Marie se reía, los chicos de alrededor dejaron lo que estaban haciendo para ayudarlas a levantarse. Cyn y Dothy dejaron el piso sacudiéndose los vestidos.
En ese mismo instante Cyn alzó la vista, en la sala había un muchacho, alto, muy bien parecido, vestido de traje y cabello obscuro. Adivinó quien era, dejó a sus amigas por unos momentos caminando sigilosamente a Paul quien se encontraba embobado viendo los adornos de la casa.
Cuando estuvo a una distancia prudente, Cynthia picó su cintura con el dedo índice. Paul se sobresaltó ocasionando que dejara caer su copa. Al ver a Cynthia reír como si nada él también se unió a la risa. A fin de cuentas el traje lo guardaba desde hacia tiempo, no tenía importancia.
-¡Mírate!-Le tomó la mano haciéndola dar una vuelta.-Te ves hermosa. ¿Qué te has hecho eh?
Cynthia le dio un ligero golpe en el hombro, con Paul bien podía olvidarse de todos los demás, hizo un ademan para que la acompañara.
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 Salió a escondidas de su madre a el jardín trasero, ahí se sentaron en la fuente de mármol que tanto presumía su madre a las amistades cercanas.
Se quedaron en silencio varios minutos, hacia una noche no muy fría por lo que aquel vestido negro y sin espalda no le ocasionaba molestias corporales.
-Esperaba ver a John.
Habló Paul rompiendo al fin el silencio que de por si ya se volvía incomodo para él.
Cynthia suspiró, ¿Tenía que acordarse de John Lennon en su fiesta? Era culpa de su madre por no haberlo invitado no de ella. Ahora todos le preguntaban el porqué de la ausencia del sobrino de Mimí.
-Mi madre no le invitó.-Paul se carcajeó, nunca imaginó que la señora Powell tuviese ley seca contra John Lennon.-¿Qué te parece tan gracioso?
Cynthia dejó de sonreír fingiendo estar enojada, Paul tampoco se quedó atrás, puso cara cordero degollado, sabía que esas caras le salían a la perfección. Aún recordaba que cuando quería alguna golosina no bastaba más que hiciese eso con su padre para que cayese. Se dejó pronto de chistes, consideró eso como una batalla ganada a Lennon. Solo tenía que estar pendiente de los movimientos de John eso lo tenía pensado para no llevarse una sorpresita de esas que Lennon acostumbraba a hacer.
-La verdad es que me alegro de que mamá me haya evitado el tener que soportarlo.-Cynthia se puso en pie recargándose en un farol.-¿Cómo lo soportas?
-Solo sé que somos buenos amigos.-Contestó Paul sintiéndose hipócrita, pero en el fondo, si se consideraba amigo de John.-Sé que a veces John puede ser un cabron de primer categoría, pero es un buen chico solo hay que darle oportunidad.
Cynthia miraba a Paul con los ojos desorbitados, no podía creer que Paul McCartney con tan buenos modales, pudiese juntarse con alguien como John Lennon. Quien no era más que un vago que estudiaba arte porque fue expulsado del primer colegio dado a que ninguno de los profesores lo quiso en sus clases y en sus expedientes tenía notas de idiota.
En cambio Paul era un chico bien, de buena familia no muy adinerada pero si acomodada, tenía notas buenas, ganas de salir adelante, de ser alguien en la vida  y por si fuese poco era guapo, muy guapo.
Pero si se ponía a pensar Lennon tenía un no sé que, eso es lo que le inquietaba de Lennon, que por más que ella se negase siempre habría un modo para dirigir sus ojos a él. Era el rey del espectáculo por decirlo le encantaba hacer bola, otro punto a favor para John era ese maldito carácter. No sabía hasta cuando iba a seguir resistiéndose a John, pero si sabía que John seguiría insistiendo y que ella pondría todo de su parte para no caer con Lennon. Era lo peor que podía hacer.
-He de confesar que al principio también me costó trabajo encajar con Lennon.-Paul siguió hablando, Cynthia salió de sus pensamientos centrándose en Paul.-Era demasiado altivo, se sentía el número uno, impulsivo, aguerrido, violento. En fin muchas veces quise salirme del grupo, continuar en solitario pero mientras más lata me daba Lennon, mas comprendía que me tenía que quedar hasta que me lo eché a la bolsa. ¿Y sabes cual fue la razón por la que terminamos siendo uña y mugre? La música, es fácil de comprenderlo.
Cynthia dejó escapar una carcajada, recordó que la mañana del viernes un amigo George Harrison adicionó para el grupo de John.
-¿Oye y que con George?
Paul levantó la cabeza sorprendido de que Cyn conociese a George, él lo conocía porque coincidían en las paradas del bus para la escuela. Llevaban en ese peso ya tres años.
Un día antes del viernes Paul vio tocar a George en medio de un grupo de muchachos, comprendió que el chico tenía talento. Sabía lo que hacía y bueno jugaba con las melodías. Comprendió entonces que tenía que llevarlo con John, estaba seguro que el chico Harrison le iba a gustar.
-No sabía que conocieras a George.
-Su madre hizo mi pastel de cumpleaños y bueno, él trabaja en una tienda de música a la cual voy a comprar discos muy a menudo.
-Mmmm pues que bueno, George tendrá su primera actuación el domingo entrante ¿No quieres ir?
-Sigues sin convencerme Paulie.- Cynthia se sentó en el césped cruzando sus piernas.-Es que no sé…eres tan diferente a ellos.
Paul soltó la carcajada, era por eso de no ser el típico muchacho rock and roll que iba por ahí golpeando cosas, haciendo tonterías u orinando en las calles y en fin. Solo era la música lo que llamaba su atención. Simple.
-Sabes que no me gusta actuar como un idiota.-Sintió la boca seca, buscó su copa  dio unos cuantos tragos, antes de pasarlo definitivamente lo sostuvo en su boca sintiendo como el sabor del vino se apoderaba de su boca, era añejo se notaba a legua ya que tenía un mejor sabor.-Solo hago lo que me gusta que es hacer música.
-¿Sabes que se me ha hecho tan difícil Paul? El componer, no entiendo que es lo que se necesita para sacar una melodía. Puedo hacer oleos con solo imaginar lo que quiero plasmar en la imagen pero la música se me hace complicada a la vez que traicionera. ¿Tú como le haces?
No era difícil. No al menos para Paul, siempre tuvo buenas aptitudes musicales las cuales sabía aprovechar y bastante bien. Ahora que si se trataba de componer no era otra cosa más que tratar de hacer primero la melodía, luego intentar una y otra vez con la letra y listo, Ya tenía una canción.
No era tan complicado como argumentaba Cyn, cuando se tenía el gusto por eso se hacía la cosa más fácil del mundo. Por ejemplo a él le servía bastante componer con ayuda de una guitarra más que de un piano. El piano era bastante complicado, sacar acordes, notas, sinfonías en fin toda una odisea, cosa que no le deseaba ni siquiera  John. En cambio una guitarra era menos complicada, con solo rascar las cuerdas se sacaban algunas melodías, era como un poco mas amoldada a un músico principiante, y el instrumento mas fácil para tocarse claro todo desde la perspectiva de Paul McCartney.
-¿Qué quieres que te diga Cyn?
Paul ya no estaba sentado en la fuente, ahora cambió de lugar recostándose con Cynthia, era agradable estar con ella, platicaba de muchas cosas se sentía más a gusto con Cynthia que con las putas de la caverna.
Eso era lo que llamaba su atención de Cyn, que era sincera, se dejaba llevar y decía lo que sentía sin chistar era una chica algo difícil dado a que tenía un carácter no muy fácil de moldear. Había que llegarle por muchos lados para poder dar en el clavo y una vez que lo tenía, no lo soltaba ni de loco, cuando se hacía enojar a Cynthia Powell era estar viendo al mismísimo Lucifer, bueno era peor, mucho peor.
Pero aun con toda su dificultad, Cynthia podía ser una rosa suave, olorosa y muy hermosa. Más todavía cuando sonreía. Para Paul McCartney el ver sonreír a Powell, era estar viendo ángeles bajar del cielo.
Haría hasta lo imposible por evitar que Cynthia cayese en manos de John, hasta no estar seguro que Lennon tendría con ella otras intenciones no iba a ceder con nada. Pelearía por ella; si al final John le ganaba pues ni modo, solo le restaba pedirle que fuese sincero con ella; que no la lastimase, era lo menos que se merecía.
-Puedo hacerte una pregunta Cyn?
-Claro, ¿Qué no estamos en confianza Paul?
-¿Por qué odias a Lennon?
Cynthia se quedó esta vez callada, ¿Por qué odiaba a Lennon? No lo sabía, solo sabía que no le gustaba ni que la mirara, ni que la tocara, John era insoportable para Powell, aunque a veces se confundía dado a que llegaba a sentir que le atraía en muchas formas.
Varias veces quiso acercarse a John, intentar charlar sobre algo que no fuesen los senos de la mujer que estaba enfrente de todos posando para las pinturas, pero sencillamente era imposible tratar de dialogar algo decente con Lennon, John no tenía otra cosa en la cabeza más que sexo, sexo y sexo ah también Rock and roll, fuera de eso no había cabida para más. Lo que a sus ojos le hacía parecer como un cavernícola viviendo en los años cincuentas, anudando a que era un tipo sin modales, no le importaba en donde o con quien estuviese siempre tenía que salir con alguna estupidez que aunque para unos fuese bochornoso; para Lennon era la mejor de las bromas.
-No le odio.-Cynthia se llevó las manos a la cara, tenía algo de sueño.- Solo no me cae, es decir no considero que…
-¿Sabes que tu le llamas la atencion verdad?
Cynthia se quedó asustada, petrificada al saber que era del gusto de un tipo como Lennon, no es que le desagradase saber que no le era indiferente pero sabiendo como era seguro la querría para sexo y nada más. John no era capaz de tener una relación seria con una chica sin estar el sexo por delante eso lo sabían todos, el hecho de que Paul le hiciese semejante confesión le hizo estremecer de pies a cabeza.
Por su parte, Paul comprendió su gran metida de pata ¡mas idiota no podía ser con un carajo! Cynthia no estaba preparada para que se enterase de que era del agrado de Lennon, y él como un completo idiota se lo dijo sin decirle agua va.
-Es decir.- Lo mejor era apurar las cosas antes de que Cyn se pusiese mas pálida de lo que ya estaba.-  Le gustas como una amiga… tu sabes cómo es Lennon ¿no?
-Me asustó mucho lo que me acabas de confesar Paul.-Cynthia se pasaba las manos por los brazos, la noche se empezaba a poner un poco fría, Paul como todo buen caballero se quitó el saco de encima y lo colocó sobre sus hombros.-Gracias, pero te decía que tengo miedo ¿Qué pasa si Lennon se sigue obsesionando conmigo Paul?
Paul se mordió el labio inferior, definitivamente fue un total imbécil con decírselo as Cynthia, lo mejor pudo haber sido quedarse callado. Pero en fin había que arreglar las cosas.
-Pues yo te defendería de John.-Paul no pudo evitarlo, llevó una de sus manos a su mejilla izquierda.
Cynthia por su parte estaba con el corazón brincando, nunca en toda su vida estuvo tan cerca de un hombre como en ese momento, el primer beso lo recibió como a los quince años, sin embargo no sintió que fuese importante, dejó que Paul hiciera con ella un poco más, su mano bajó de su mejilla a su cuello poco a poco ambos empezaron a ladear sus cabezas juntando al fin sus labios en un beso tímido y tierno.
Cynthia sintió los labios de Paul un tanto cálidos, pero no por eso dejaban de ser agradables para la rubia Powell, entre tanto llevó su mano al cuello de McCartney para poder  estar más cómoda mientras que Paul ponía sus manos temblorosas en su pequeña cintura.  Sintió que Paul comenzaba a acalorarse dado a que cuando abrió los ojos ya tenía a McCartney encima de su cuerpo con ella recostada sobre el césped, por lo que consideró prudente separarlo antes de que alguien más los viese.
-Paulie.-Cyn puso sus manos en el pecho de Paul impidiéndole seguir, Paul se separó de ella con los labios totalmente hinchados.-Será mejor que volvamos adentro, mamá debe estarme buscando.
Paul sonrió de medio lado, por lo menos ese beso fue una ventaja mas encima de John, de seguir así pronto Cynthia sería su novia y John bueno…a ver que hacía para quitarlo del camino. Se levantaron ambos del césped sacudiéndose la ropa, Cyn devolvió a Paul su saco y ambos se metieron nuevamente al interior de la casa.









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