Cynthia y su madre estaban en la estación de Blackpool
esperando el tren que venía de Londres, según en el último telegrama que mando
su hermano antes de partir, llegaría a Blackpool antes que a Liverpool ya que
habían surgido unos contratiempos; el tren tardaría en llegar de treinta a
cuarenta y cinco minutos por lo que Patrice Powell, pensó en ir a dar una
vuelta por ahí, en el taxi vio un café
no muy lejos de la estación; para como estaba el clima seguro estarían bien un
pastel y un capuccino, bueno para Cyn ya que ella prefería el expresso.
Se volvió hacia su hija, desde que salieron de la casa
Cynthia estaba algo distraída, ida, quería averiguar más bien el porqué.
-¿Te parece si tomamos un café en lo que llega el tren de
tu hermano querida?
Cynthia se despabiló, en toda la tarde no pudo sacarse a
John de la cabeza…a Paul tampoco por lo que estaba hecha un lío, si bien Paul
era atento, amable, cariñoso con ella mientras que John, bueno Lennon era
Lennon por lo que si le comparaba con una bestia bajada de las montanas sería
suficiente; solo que algo había en esa bestia humana que le hacía estremecer,
tanto que el enojaba sentirse así, de algún modo sabia que John también le era
atractivo, incluso mucho más atractivo que Paul pero, es que su maldito modo de
ser, tan salvaje en extremo…le sacaba de quicio.
-¿Cyn?-Su madre le tocó el hombro varias veces.-¿Querida
no pasa nada?
Cynthia volvió a donde estaban, su comportamiento era
demasiado obvio no quería alertar a su madre, conociendo lo sobreprotectora que
era para con ella, seguro que le querría sacar toda la verdad.
-Estoy bien mamá. Solo estaba un poco distraída ya sabes
temporada de exámenes.
Patrice puso cara de pesar, ese maldito colegio con
tantos exámenes proyectos y trabajos seguro que matarían de un dolor de cabeza
a su bebé; también se debía a que Cynthia siempre quería terminar todo a
tiempo, en eso salió parecida a su difunto padre responsables hasta la medula,
no habría duda que una vez casada su Cyn sería una excelente esposa. Tal y como
marcaban las pautas para las señoritas casaderas de la alta sociedad inglesa.
-Mi pobrecilla Cyn.- Patrice acarició sus cabellos
previamente peinados.-No sé cómo puedes tolerar tanto peso de trabajo, es
demasiado te puedes enfermar.
Cynthia escuchaba aburrida los reclamos de su madre, todo
el tiempo era lo mismo, que si las tareas el trabajo, el colegio, y siempre
terminaba dándole la misma opción de dejar los estudios para dedicarse a buscar
un marido, justo como sus primas Bridgitte o Jane, que se casaron con hombres
bastante ricos, pero sin neuronas en el cerebro.
Cynthia no quería depender de nada, para ella ningún
hombre valía la pena (excepto su hermano, su padre y su perro Pussy) para que
se decidiese a abandonar algo tan importante como su carrera, primero prefería
estar muerta a depender de uno.
-Mamá.-Cynthia miró a su madre algo cansada.-Ya sabes que
pienso a cerca de ello, si ellas son felices con la vida que llevan, yo me deprimiría.
-¡Pero hija!-Patrice se llevó una mano a la boca aterrada
de que su propia hija se expresara así.
-Si mamá.-Cynthia continuó.-Sabes que soy demasiado
feminista, el hecho me ha costado ya algunos pretendientes; y bueno no pienso
casarme hasta encontrar el hombre perfecto.
Patrice suspiró dándose por vencida, Cynthia Powell;
también heredó el modo de ser de su padre, terca y testaruda mas no por eso
dejaba de parecerle una chica linda sin problema alguno para encontrar algún
galán de buena cuna que le ofreciera un buen futuro.
En el pequeño rato que duraron charlando en la estación
al fin llegó la locomotora, el humo que esta despidió al frenar le hizo
colocarse unos pañuelos en la nariz para evitar respirarlo pues decían los
doctores que hacía daño en el riñón, los cuales Patrice no quería seguir
afectándose.
Su hijo descendió de la maquina vestido en un pulcro
traje de militar color caqui; con un par de maletas en la mano, apenas las vio
no le importó dejarlas caer al suelo saliendo al encuentro de su hermana y
madre, a quien saludó primero fue a su hermana menor, cogió a Cynthia de la
cintura elevándola a unos cuantos centímetros del suelo mientras daba vueltas
con ella en brazos, Cynthia no dejaba de reír, el hecho de que estuviese
terriblemente mareada por las vueltas no le quitaba lo gracioso a la escena.
Luego de depositar a su hermana en el piso; Tony se acercó a su madre, su
saludo para ella fue un tanto más formal, le dio un beso en la mejilla y otro
en la frente, finalmente terminó con un abrazo muy fuerte, estaba realmente
contento con poder verlas, eso siempre sucedía con frecuencia en navidad.
-¿Qué tal tu viaje cariño?-Patrice colocó una mano en la
mejilla de Tony.
-Bastante bien, debo decir que en esos asientos de
primera clase se duerme como si uno estuviese en cama.
Cynthia no pudo volver a evitar reír, Tony siempre solía
ser sarcástico pero al menos ella le entendía, su madre siempre se enojaba por
celebrarle sus tonterías y eso a ella le divertía horrores.
-¡Ya basta los dos!-Tanto Tony como Cynthia dejaron de
reír, fingiendo ponerse serios.-Será mejor que regresemos rápido a casa;
todavía queda mucho por hacer allá.
Miró fijamente a Cynthia, esta ultima solo alcanzó a
escurrirse de tras de su hermano, quizá eso significaba que no se salvaría de
otra sesión de estilistas.
®®®®
La noche empezaba y la fiesta en casa de los Powell
también, de último momento el grupo que Cynthia escogió para que tocasen se
echó para atrás, tenían otros pendientes por lo que tuvo que pedirle a Paul que
el echase una mano llevando a los chicos; The Quarrymen llevaban tocando ya dos
horas seguidas, Cynthia se apiadó de ellos y les dejó tomar un descanso,
mientras los muchachos guardaban los instrumentos; Cynthia se llevó a Paul a la
mesa donde estaban su madre, su hermano y algunos familiares cercanos.
-Cyn en serio que no tienes porque hacerlo.-Paul se
sentía nervioso de estar rodeado de gente tan ‘’ilustre’’; los nervios los
traía a flor de piel, a tal grado que sentía las manos sudadas.
Cynthia paró la caminata faltando ya poco para llegar, no
comprendía porque todos sus amigos, cada que les quería presentar a alguien de
su familia tenían que ponerse nerviosos, claro todos menos Dothy.
-¡Venga ya Paulie!-Cynthia le movió por los hombros.-Solo
quiero que conozcas a mi hermano.
|
Tony Powell |
Paul arrugó el entrecejo, muchas veces los actos buenos
podían ser tomados como malos a decir verdad a distancia Tony tenía cara de
pocos amigos, aparte de que se parecía bastante a Elvis Presley, podía jurar
que lejos de ver al hermano mayor de Cyn , estaba viendo al rey del rock en
persona.
-Tierra llamando a Paul.
Paul se despabiló, en ese momento menos quería ir con su
hermano.
-Por favor, ya te dije que estoy bien así.
Cynthia por su parte ya estaba cansada de tanta negativa
por Paul, lo tomó de la muñeca obligándole prácticamente a caminar, al pobre
Paul no le quedó de otra más que seguir a Cyn.
Llegaron finalmente a la mesa donde estaba el hermano de
Cynthia acompañado de unas cuantas amistades. A juzgar por las carcajadas de
los presentes, Paul dedujo que el ambiente debía ser agradable, pues quien
menos paraba de reír era el mismo Tony.
-Hola Tony.-Cynthia llegó con Paul de tras de
ella.-Quisiera presentarte…
-¿Otro amigo?-Tony arqueó una ceja, se disculpo con sus
amistades alejándose del lugar acompañado de su hermana.-¿Y quién es el
susodicho?
-No pongas esa cara.-Cynthia bufó, a veces Tony era
demasiado celoso en cuanto a los chicos.-Se trata del muchacho que está
recargado en el farol.
Tony alzó la cabeza disimuladamente para ver mejor a
Paul, un muchacho de unos dieciséis a diecisiete años, guapo, de cabellos
negros, cierto toque de elegancia, muy
tímido para su gusto, sin embargo no era lo que Tony esperaba, si podía verse
amable; solo que una cosa era lo que le
hacía desencajar un poco: no pertenecía a la élite social de ellos según escuchó por boca de su madre
los McCartney eran dueños de una mueblería y una tienda de abarrotes, eso no
los hacía justamente personas importantes, no eran al menos para Antonhy
Powell, quien compartía a escondidas la opinión de su madre: Cynthia debía
mezclarse con muchachos iguales a ella, es decir, de igual nivel económico un
ejemplo de ello era Dorothy Rohne, gente que pertenecía a su misma condición y
clase social.
-¿Por qué no le dices a tu amiguito que se acerque?-Tony
dio un sorbo a su vaso de whiskey.-No puedo hablar con él por medio de la
telepatía.
Cynthia le dio un ligero golpe en el hombro, si comparaba
el carácter de Tony con el de John podía decir que el resultado era más que el
mismo; los dos eran igual de sarcásticos, tenían el mismo humor negro que pocos
lograban entender y bueno con las mujeres eran todo un encanto.
Fue por Paul jalándolo de la manga del saco, pues Paul
quería caminar mas para atrás que adelante.
-¿Así que tú eres Paulie?
Paul no supo que hacer, lo primero que hizo fue tragar
saliva miraba a Tony y de Tony sus ojos se paraban en Cynthia, repitió la mima
acción varias veces hasta que al fin encontró el valor necesario en aquel trago
de whiskey que amablemente Tony le ofreció.
-S…si.
-¿Y que haces a parte de tocar?
-Pues…estudiar obviamente.
Tony se rió sarcásticamente, era obvio que el chico no
entendió muy bien la pregunta. Él no se refería a lo educativo sino más bien al
grupo.
-Creo que no me entendiste Paul.-Tony le miró
profundamente, intentando analizarlo una y otra vez.-Mi pregunta era en torno
al grupo ¿Qué haces en él?
-Ah pues, toco el bajo y ayudo con unas cuantas
canciones.
A Tony poco le importaba lo que el amiguito de su hermana
hiciera, consideró que eso era más que suficiente para satisfacer los deseos de
su hermana, la cual a veces solía ser caprichosa bueno típico de una
señorita como ella.
Así pues consideró que lo más normal era despedirse del
chico, e irse de nuevo a su mesa donde Richard un amigo suyo de la guardia
estaba contando unos chistes buenísimos,
-Bueno Paulie.-Tony le dio unas palmadas en la espalda.-
Yo ya me voy, quédate en tu casa y Cyn ¿Puedes acompañarme un momento por
favor?
Cynthia dejó a Paul yéndose a con su hermano hasta un
árbol lo suficientemente apartado como para poder hablar en tranquilidad y
seriedad con ella.
-¿Hasta cuando piensas seguir dándole dolores de cabeza a
mamá Cyn?
Cynthia rodó los ojos, si bien ya sabía a que se refería
Tony pero ella no estaba dispuesta a casarse joven, mucho menos a dejar la
universidad a medias.
-Ya le he dicho a mamá que no pienso seguir los ejemplos
ni de Eleanor, Trudie eso si te lo aseguro.-Cynthia se molestó realmente, desde
que cumplió los dieciseis años no ha dejado de molestarme con el tema, estoy
cansada.
Y Tony la comprendía, para él también era hostigoso tener
que hablar con su hermana menor de ese tema, que a su vez también le disgustaba
a él. Pues su madre molestaba por partes iguales a Cynthia por ser la mujer y a
él por ser el hombre, pero nunca los dejaba en paz.
-Sabes que tampoco me gusta tratarte este tema, pero
desde ayer me escribió diciendo que aun no te decides a encontrar un novio.
-Quizás ya encontré uno.
Tony alzó rápido la mirada ¿La loca de Cynthia se estaba
refiriendo al chico que le presentó? No es que tuviera nada con el pobre
muchacho, aunque conociendo a su madre
como le conocía seguro pondría el grito en el cielo.
-No te atreverías.-Tony se acercó a Cynthia demasiado,
ella retrocedió hasta topar con el tronco del árbol.-¿O sí?
-Sígueme hostigando y verás.
Antes que Tony dijese algo, Cynthia salió huyendo del ahí
no quería mas sermones acerca de los partidos ni nada de eso, suficiente tenia
con escuchar a su madre todos los días desde que amanecía hasta la noche y una
vez más al momento de acostarse, cuando Patrice le subía hasta su recamara el
acostumbrado vaso de leche.
®®®®
Reposó en el jardín de atrás, era un poco más pequeño que
el principal pero al menos le serviría para descansar un poco y despejarse,
estaba tan atareada recibiendo invitados, que le provocó un ligero mareo se
sentó en un viejo columpio que se encontraba ahí mismo, se quitó los zapatos
empezando a mecerse ella misma.
Hubiera estado más tranquila si no escuchara pasos de
tras de ella, solo que antes de voltear le echó humo de cigarro, no necesitaba
girar hacia atrás para adivinar precisamente quien era la persona, JOHN LENNON.
-¿No se te figura que estas algo grandecita para que
todavía te sigas paseando en un columpio?
|
Cynthia |
Cynthia hizo como que nadie hablaba, siguió con la vista
perdida. John entonces detuvo el columpio en seco, se colocó a Cynthia en el
hombro derecho mientras corría entre los arbustos para internarse en el jardín
que Cynthia utilizó tantas veces para jugar cuando de niña, abrió la portezuela
sin dificultades cerrándola al tiempo con una patada que le hizo rebotar.
Era un lugar tranquilo apetecible para hacer cierto tipo
de cosas que en público no se podían hacer a simple vista. John tiró a Cynthia
cerca de los rosales, ella una vez en el piso intentó en vano escapar, John le cogió
del tobillo tan fuerte que le hizo pegar un alarido, alarido que a su vez John
hizo callar no le convenía que los escucharan, por supuesto a ella tampoco le
convenía así que era mejor que se quedara callada si no querría causarse un
problema de aquellos.
Se tumbó en medio de sus piernas desabotonándose la
camisa, Cynthia para entonces estaba temblando de pies a cabeza, siempre supo
que John era un patán, un pelado sin educación pero nunca pensó hasta que punto
sería capaz de llegar con su patanería.
Ella estaba asustada y el otro ni cuenta se daba, John se
bajó solamente la
|
John |
cremallera para volver a tumbarse encima de ella empezando a
besarle el cuello. Raro, era raro porque apenas y mal empezaba a besarla a su
mente acudió un chico con el cual ella jamás se habría imaginado soñar ese tipo
de cosas: Stuart, sí para Cynthia no era John
el que estaba encima de ella, apenas vio la cara de Stuart en su mente,
Cynthia dejó de forcejear, a John poco le importó él estaba en la creencia de
que al fin le había dominado.
|
Stuart |
Cynthia seguía perdida en sus mar de pensamientos
confusos al tiempo que dejaba a John hacer lo que quisiera con ella, solo
cuando sintió que las manos de John estaban subiendo por sus piernas más de lo
que debían empezó a suspirar un poco más a prisa, empezó a dejar de ser al
mismo tiempo la dueña de sus actos, Stuart se adueño por completo de su mente,
ya John no estaba con ella lo que le llevó a despojar a John de la camisa
sobando son sus largos dedos los pectorales algo marcados en el abdomen de
Lennon.
John no comprendía muy bien del todo que es lo que estaba
pasando, Cynthia se estaba entregando tal y como él hubiera querido tantas
veces, la cremallera del vestido de Cynthia ya estaba muy abajo, solo bastaba
con deslizar un poco las manos y el pesado vestido caería al suelo parecido a
un bloque de pesado cemento.
John se quedó contemplando por un rato el cuerpo semi
desnudo de Cynthia, era como se lo había imaginado piel hermosa mente
blanquecina, pechos grandes, curvas bien enmarcadas a través de esos finísimos
vestidos que siempre solía usar. Todo
hubiese marchado a las mil maravillas si de Cynthia no hubiese salido aquel
nombre que no era el suyo, ni el de Paul sino uno completamente aislado a sus planes,
se suponían que con quien Cynthia creía estar era con el chico que estaba
orquestando toda esa guerra de apuestas: Stuart Suttclife.
J0hn de primer momento no supo que hacer pero Cynthia sí,
al momento de que su mente dejó de estar en blanco, comenzó a vestirse
rápidamente, sin mirar a John le hizo pasar el momento más bochornoso a la par que el más extraño de su vida.
-¿Te gusta Stu verdad?
Cynthia alcanzó a detenerse, justo en la puerta de aquel
jardín donde a saber que más habría ocurrido, de no haber mencionado el nombre
de Stu, segura de haberle dado a John en donde le dolía a la mayoría de los
hombres: el orgullo. Se dio la media vuelta con una media sonrisa burlona en el
rostro.
-¿Y eso te importa?-John tragó saliva, acercándose
demasiado a ella, para estrujarla contra él.-Espero que esto se te quede bien
grabado John, ya no quiero seguir teniendo este tipo de acercamientos contigo,
déjame en paz, yo no soy una deseas chicas fáciles ¿Crees que no sé lo que
tienes con Marie?
John se atragantó con su propia saliva ¿Quién cojones le dijo
a Powell sobre lo que hubo entre Marie y él? ¡Nah! Eso que jodidos importaba,
lo realmente interesante en el momento es que a Cynthia no se le escapara
decir, que sabía todo a cerca del plan de Stu, o mejor dicho de él.
-Sea como sea.-Cynthia se arregló la ropa que estaba un
poco desacomodada, sacudiéndose a la vez un par de hierbas del cabello.-Quiero
que me dejes tranquila. Que alejes tu existencia de mí.
John se echó a reír entre amarga y sarcásticamente, esa
Powell siempre era tan chistosa ¿Qué ya no recordaba Romeo y Julieta? Entonces
¿Cómo alejaría su existencia de ella?
-Eso no se va a poder queridita.-John jugó con el cabello
despeinado de Cynthia, esta se quitó su mano de encima dando un manotazo.-A
menos que logres convencer a Cohen de que nos suspenda para el protagónico de
esa obra de teatro, no podré mantenerme alejado de ti como tanto deseas.
Cynthia comprendió que John tenía mucha razón, si no era
que toda apretó sus puños con fuerza, de nada le valdría seguir alegando con
ese imbécil. Lo mejor que hizo fue darse la vuelta y salir de ese jardín lo más
rápido posible.